En la película para televisión Swing Vote, del director David Anspaugh (1999), el juez más antiguo y respetado de la Corte acaba de renunciar por razones de salud y es reemplazado por el joven abogado Joseph Kirkland (Andy García) en el momento en que la Corte debe definir la apelación contra una sentencia en la cual Virginia Mabes ha sido condenada a homicidio en primer grado, por haberse sometido a un aborto.

El tema central de la película es la ponderación entre los derechos constitucionales a la libertad individual y a la vida, que entran en conflicto a la hora de analizar una decisión de aborto voluntario; sin embargo, más allá de tan interesante asunto, la película revela también las vicisitudes en la formación de la decisión judicial en un cuerpo colegiado, lo que conduce a dos reflexiones sobre este aspecto de la administración de justicia: de una parte, la inmensa responsabilidad que implica para nueve jueces definir temas altamente trascendentales y que afectan directamente a 300 millones de norteamericanos y, de otra, la forma misma como se llega a una decisión colectiva en el órgano colegiado.

Sobre el primer asunto, se evidencia la forma como las condiciones personales y el entorno que rodea a cada juez influyen en su posición y en su voto; es claro en la cinta que la formación profesional, el desempeño anterior, la historia de sus decisiones, su filiación política y hasta su entorno familiar y social, resultan ser muy relevantes en el proceso de formación de una decisión judicial.

Y particularmente sobre la formación de una decisión colectiva, es evidente que una corporación colegiada preserva la dialéctica y favorece la representación de toda la ciudadanía, cuando, de una parte, hay diversidad entre sus miembros -en la cinta se destaca la diversidad étnica, de género y doctrinal- y, de otra, se han creado espacios formales e informales de construcción de consensos que, aun cuando no consigan unanimidad en algunos casos, si brindan seguridad de que están representados todos los sectores y fuerzas de poder y que la decisión final interpreta sus distintos intereses, lo que equivaldría al bien común.

Fuera de la ficción, en los próximos meses serán reemplazados seis de los nueve magistrados de nuestra Corte Constitucional y esa “nueva” Corte tendrá la responsabilidad de definir temas de altísimo impacto nacional, como la posible reelección presidencial, amén de la interpretación constitucional de importantes principios y valores nacionales, todo ello en medio de una coyuntura cuya trascendencia en lo económico, político, social y cultural está fuera de duda.

En un ejercicio que ya ha realizado en el pasado, pero que en esta oportunidad cobra renovada importancia, la Corporación Excelencia en la Justicia se ha propuesto liderar “Elección Visible” , una coalición con Transparencia por Colombia, Congreso Visible, el MOE, Instituto de Ciencia Política, Proantioquia, Asociación para el Desarrollo del Tolima, Funcicar, Protransparencia, Consejo Privado de Competitividad, Fedesarrollo, Invamer, Ámbito Jurídico y los principales medios de comunicación del país.

Desde aquí pues, va la invitación a quienes lideran y conducen el proceso para que abran puertas y canales que faciliten esta participación; para que realicen un proceso transparente y de cara al ciudadano, para que seleccionen los mejores hombres y mujeres colombianos que estén como se dice coloquialmente más allá del bien y del mal, para que este proceso de elección pueda cabalgar por encima de los cuestionamientos actuales del Congreso y de la posible reelección presidencial. Igualmente nuestro llamado a los candidatos para que no hagan lobby clandestino y a la ciudadanía, para que se interese en el proceso y participe de él y si hay quien aún duda de la importancia de este compromiso, que vea la película y luego hablamos.

*Directora Ejecutiva de la Corporación Excelencia en la Justicia.