En efecto, un día después de que los presidentes de las Altas Cortes se reunieran con Leandro Despouy, delegado de la ONU para la independencia judicial, con el objetivo de explicarle detalles relacionados con el denominado ‘choque de trenes’, el jefe de Estado le pidió al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Francisco Ricaurte, que “responda con argumentos jurídicos” y no con “agresiones verbales” al tiempo que demandó explicaciones respecto a lo que consideró ha sido un lento avance de los procesos de la farcpolítica. “¿Por qué delitos cometidos antes del 2002 no se habían investigado, ni judicializado? Este país sigue esperando la judicialización de la farcpolítica”, expresó. Uribe fue más allá al pedirle a Despouy que “antes de dar declaraciones estudie bien los temas que crean suspicacia en el país”. No se trata de la primera vez en que Uribe le lanza dardos a instancias internacionales cuando del enfrentamiento Gobierno-Cortes se trata. Ya lo había hecho dos semanas atrás cuando a raíz de la visita a Colombia del fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno, aseguró que “hay muchos que desearían verme enjuiciado ante la CPI” pero “ese gusto no se los voy a dar”. Así las cosas, a juicio de analistas, la crisis institucional por la que atraviesa Colombia amenaza con internacionalizarse no solo por cuenta de las declaraciones del Presidente sino del hecho de que visitas como las de Moreno han puesto a la justicia colombiana en el mapa de las instancias que velan por su apropiada administración.

Si bien Despouy desmintió haberse pronunciado sobre el proyecto de reforma a la justicia que comenzará en próximos días su trámite congresional y cuyo contenido ha sido criticado por las Altas Cortes, sí destacó que “la justicia de Colombia atraviesa un momento que despierta gran interés” en el mundo. El delegado de la ONU aclaró de igual forma que vino únicamente a recoger diferentes “preocupaciones” respecto a la actual coyuntura, así como sobre el proyecto de reforma judicial, aunque desmintió haberse referido al mismo. El espíritu de la visita es en efecto similar al de la visita cumplida con Moreno: documentarse sobre la situación y hablar con las partes involucradas. No obstante, agregan los expertos, la reacción de Uribe frente a las declaraciones de quienes se pronuncian respecto al choque Gobierno-Cortes, no solo deteriora la relación del Ejecutivo con instancias internacionales sumando nuevos actores y variables a un enfrentamiento de por sí inconveniente, sino que podría precipitar acciones que vayan más allá de las palabras. Una fuente cercana a la Cancillería que solicitó la reserva de su nombre señaló la inconveniencia de la situación. “En la medida en que el Presidente lleve este tipo de debates a escenarios multilaterales, va a perder. A él le va bien a nivel interno y su popularidad le brinda un amplio margen de maniobra; eso es algo que podría cambiar con la internacionalización del tema”, señaló. “No hablo de que se vayan a acabar las instituciones en Colombia o que al Presidente lo vayan a llevar ante un tribunal internacional pero sí de que el enfrentamiento supondría consecuencias sumamente inconvenientes para la estructura del Estado”, agregó. Despouy se reunirá esta semana con funcionarios gubernamentales con el objetivo de explicar sus declaraciones y bajarle la temperatura a la situación.

El Nuevo Siglo / 08 de septiembre de 2008