A un mes de arrancar el quinto debate de la reforma a la Justicia en el Congreso de la República, la suerte de la misma pasa por el momento más crítico que haya tenido en los ocho meses que lleva en su trámite.

Una decisión casi definitiva de la Corte Suprema y el Consejo de Estado de no volver al debate; un Gobierno, con el Presidente de la República a la cabeza, controvirtiendo posiciones frente al tema; el acatamiento, pero distanciamiento sobre el fallo del caso de la toma del Palacio de Justicia por la guerrilla del M-19 en 1985 por parte del Ejecutivo y un Congreso muy distante, hasta la fecha para acercar a Gobierno y Cortes, son la esencia de la crisis por la que pasa la reforma.

El proyecto salió aprobado casi en la última sesión del Congreso en diciembre pasado,y se dio en medio ya de la controversia de las cortes y el apoyo casi al aunísono de la coalición de gobierno.

Tras el paso de la Navidad y el comienzo del año 2012, las cosas volvieron a su realidad, pero con las posiciones más tirantes. El Gobierno ofreciendo permanentemente volver al diálogo, las Cortes ofendidas por los desplantes

LOS DETONANTES

El ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, anunció desde diciembre que se darían nuevas reuniones con las Cortes para volver a discutir el proyecto en su compañía,sin embargo esta situación no se ha cumplido cabalmente.

La semana que termina tanto Esguerra como su colega del Interio, Germán Vargas Lleras se reunieron con los nuevos presidentes del Consejo de Estado y la Corte Suprema de Justicia.

El Minjusticia es quien más terciado en el tema,aunque reconoce que hay distanciamientos que se han hecho más profundos en los últimos días, sostiene que aún se puede hablar del tema con los magistrados.

“Por el lado del Gobierno sigue habiendo la misma disposición de siempre, nos encanta que estas discusiones tengan lugar con la participación de todos los protagonistas, nos encantan los mecanismos democráticos. El hecho que estemos aquí sentados demuestra hasta donde nuestra voluntad de lo que ahora se llama socializar los proyectos, para oír las voces del todo el mundo y por supuesto en primerísimo lugar, las de las propias Cortes, de manera que nos encantará pensar en eso”, dijo al tèrmino de ese encuentro.

Iniste en que buena parte de la columna del proyecto de Reforma a la Justicia partió precisamente de la propuesta que presentó el Consejo de Estado y sostuvo que muchos de esos temas siguen presentes en el proyecto.

“No es cierto que no se hayan tenido en cuenta sus propuestas, lo digo con todo respeto. Desde cuando se iniciaron las discusiones en el Congreso de la República, el Consejo de Estado participó, con nosotros, porque yo estuve presente como ellos en los foros y en las audiencias públicas que tuvieron lugar en varios sitios fuera de Bogotá: en Medellín, en Tunja, más las que tuvieron lugar en el Congreso de la República”, aseguró.

Pero lo que más ha molestado a las Cortes fue la posición que tuvo el Gobierno Nacional tras el fallo del Tribunal Superior de Bogotá en el caso del Palacio de Justicia en donde ordenó al expresidente de la República, Belisario Betancur y al Ejército pedir perdón al país por los hechos.

El presidente Juan Manuel Santos inicialmente le pidió fue perdón a Betancur y al Ejército, pero después de una aguna controversia por su posición, esta semana habló del tema y dijo que pese a que no le pueda gustar el fallo, lo hará cumplir.

“¡La dignidad de la Justicia se respeta y punto!, dijo categóricamente el Jefe de Estado, al recordar las palabras de su discurso de posesión, cuando se declaró –como demócrata integral- creyente y defensor de la independencia de la justicia.

“Si bien se puede disentir de algunas de sus decisiones, eso no significa –en absoluto– el desacatamiento de sus fallos. Y en esto quiero insistir: el hecho de que el Jefe del Estado emita una opinión, eso no se contrapone con el debido respeto y acatamiento de las sentencias judiciales”, agregó el Mandatario

Por su parte el nuevo presidente de la Corte Suprema, magistrado Javier Zapata Ortiz, sostiene que “yo apenas llevo ocho días como presidente de la Corte, y hasta el momento, la agenda no ha permitido que discutamos el tema de regresar al debate de la Reforma a la Justicia. En el momento tenemos otros temas que discutir como la elección de otros magistrados, y las labores judiciales y administrativas del funcionamiento ordinario de la Corte”.

Y manifestó además que “la verdad no he discutido con los otros magistrados sobre cómo se sienten respecto a esto. No sé cómo está la predisposición, ese tema lo abordaremos en el futuro”.

EL CONGRESO

Por su parte la suerte final se deberá dar en el Congreso de la República, en donde desde medidados de marzo se deberá empezar a dar la discusión de la reforma en sus últimos cuatro debates, porque de lo contrario se hundirá.

Los presidentes del Senado y la Cámara, Jujan Manuel Corzo y Simón Gaviria, respectivamente, han manifestado que invitan a las Cortes a que vuelvan al debate. El martes el propio Gaviria al hacer un saludo protocolario a los nuevos presidentes de las Cortes, así se los notificó.

Corzo ha manifestado que en la primera vuelta se escuchó a los magistrados, y resaltó que se les acogieron varias de las propuestas.

Sin embargo desde el propio partido del Presidente de la República, la U, se dieron voces de serias críticas al proyecto al punto de dejar entrever que lo sigan respaldando.

Su presidente, el senador Juan Lozano, recordó que la U condicionó su apoyo en primera vuelta a que el Gobierno garantizara que el sector de la Justicia si se podrá financiar en los próximos años y cumplir el objetivo de descongestionarse.

Para Lozano esto no es claro hoy, y señala que el Ministerio de Hacienda no ha querido decir hasta donde será el compromiso fiscal del Gobierno.

A cuatro semanas de volver el Congreso a sus sesiones ordinarias, la suerte de la reforma a la justicia no es nada clara en su segunda vuelta.