Fuente: Corporvisionarios, Informe Decenal de Cultura Ciudadana Bogotá 2003 – 2013
Cálculos: Corporación Excelencia en la Justicia, 2013
En el mes de Septiembre Copovisionarios realizó la presentación del Informe Decenal de Cultura Ciudadana Bogotá 2003 – 2013 cuyo enfoque de medición pretende constatar que “los sistemas regulatorios del comportamiento como la moral y la cultura pueden ser igual o más efectivos que la coerción normativa o la sanción legal”.
Este énfasis en el comportamiento ciudadano no sólo es importante para temas como la movilidad, espacio público, violencia intrafamiliar, cultura tributaria y seguridad sino que para el caso específico de la cultura de la legalidad, esta aporta a la prevención y tratamiento de los conflictos sociales.
La encuesta arroja un resultado positivo en torno a la valoración de la ley en los últimos cinco años pues el 90% de los encuestados en Bogotá manifiesta tener un sentimiento favorable o muy favorable frente a la palabra ley o norma. En este sentido también vale la pena resaltar que cada vez más los ciudadanos opinan que lo que ordenan las leyes responde tanto a la costumbre como a la propia conciencia -82% en ambos casos para 2013-; sin embargo la percepción de las leyes como obligaciones impuestas por unos pocos ha aumentado 8% entre 2003 y 2011, alcanzando el 43%.
Por otra parte, dentro de las razones que esgrimen los capitalinos para desobedecer la ley se registra un cambio de tendencia entre el 2003 y 2013 pues si bien se mantiene la motivación de ayudar a la familia como la principal causa (30%), ha aumentado significativamente el número de ciudadanos hoy en día creen que se saltarían la ley por obtener un beneficio económico (15%) o por que es “lo que se acostumbra” (10%). Se mantienen estables en el 20% los atajismos como respuesta a una ofensa al honor y para alcanzar objetivos propios.
Otra cifra preocupante es la aceptación del 5% de los habitantes de Bogotá de la aplicación de justicia por mano propia y del linchamiento en un 2% cuando se atrape a un delincuente en flagrancia.
Si se analizan estos resultados de la percepción de la legalidad de la mano con los de seguridad según los cuales en el 2012, una riña tiene 20 veces más probabilidades de terminar en muerte que un atraco, se evidencia la necesidad de promover programas educativos y en general, una conciencia social entorno a la cultura de lo legal, que le permita a los ciudadanos reflexionar sobre sus propios límites y las consecuencias de sus actos; así, como el sentido de comunidad, pluralidad, diversidad y solidaridad.
Una cultura de la legalidad arraigada junto con una administración de justicia eficiente se constituyen en una buena vía para la prevención de los conflictos y el fortalecimiento del Estado Social de Derecho.