La importancia la Corte Constitucional es innegable; establecida por la Constitución de 1991 como guarda de la Constitución a través de la revisión eventual de fallos de tutela y del juicio de constitucionalidad sobre las leyes, cuenta con un poder sin par y juega un papel trascendental en la definición de los destinos de país, pues prácticamente cualquier decisión de los poderes públicos, así como muchas de los particulares, puede ser objeto de su control.
Por esta razón, la Constitución prevé instrumentos encaminados a garantizar las calidades e independencia de los miembros que la integran; además de los requisitos para pertenecer al Consejo de Estado o la Corte Suprema de Justicia (ciudadano colombiano, abogado, no haber sido condenado por delitos culposos y 10 años de ejercicio profesional), éstos son nominados en ternas por el Presidente, el Consejo de Estado y la Corte Suprema, son elegidos por el Senado y deben atender a distintas especialidades del derecho.
La composición de la Corte se modificará mayoritariamente en los próximos años, proceso que se inició con la reciente elección de Gloria Stella Ortiz como reemplazo de Nilson Pinilla. En vista del poder de esta Corporación y de las importantes decisiones que debe tomar en un futuro próximo, resulta de vital importancia la comprensión de las tendencias históricas de su composición a lo largo de la historia.
Según los datos recogidos, de los 33 magistrados que ha tenido la Corte Constitucional, una abrumadora mayoría han sido hombres (30 que representan el 91%) y apenas 3 mujeres (con el 9%).
Al considerar las universidades en las que adelantaron estudios de pregrado, el 87% de los magistrados egresaron de universidades de Bogotá (de las cuales sobresalen la Universidad Externado y del Rosario con 21% cada una, así como la Nacional con un 15%) y sólo el 13% de universidades fuera de Bogotá.
Ahora bien, en cuanto al nivel más alto de formación alcanzado por los magistrados, el 20% tuvo o tiene únicamente el título de abogado, el 42% cuenta con especialización, el 6% con maestría y el 32% con doctorado.
En lo que respecta a la o las especialidades de los magistrados (por estudios, experiencia profesional o área docente), se aprecia una fuerte concentración en el derecho constitucional, administrativo y laboral. Además, también han llegado a la Corte especialistas en áreas extrajurídicas como la economía y la administración pública (un magistrado puede tener más de una especialización por lo que la agregación no representa el total de éstos).
Para analizar el origen profesional de los magistrados, se separa el sector privado (que incluye la academia) del sector público y la rama judicial.
Como resultado, el 52% de los magistrados se encontraban en la Rama Judicial antes de su nombramiento, mientas que el 29% se desempañaba en el sector privado y apenas el 19% en el sector público.
La Corte Constitucional actual, con su nueva integrante, se compone de hombres en un 78% y mujeres un 22%, cuenta con 2 egresados de la Universidad Externado, 2 de la Universidad del Rosario y de las Universidades de Medellín, Latinoamericana de Medellín, Javeriana, Libre y del Atlántico, uno de cada una, lo que resulta en un 66% de egresados de universidades con sede en Bogotá y 33% fuera de esta ciudad.
En materia del máximo nivel de estudios alcanzado, ninguno tiene sólo pregrado, el 44% especialización, maestría el 33% y doctorado el 22%. Las especialidades presentes, bajo la misma precisión metodológica arriba señalada, son derecho constitucional con el 22%; administrativo con el 17%; familia, privado y laboral con 11% cada una, así como procesal, penal, medio ambiente, economía y administración pública con 6% cada una. Finalmente, el 56% proviene de la rama judicial, mientras que del sector público y del sector privado un 22%, cada uno.
El estudio permite concluir, sin perjuicio de tendencias específicas, que al menos históricamente la Corte ha tenido una composición heterogénea en lo que respecta a especialidades y origen profesional de sus miembros históricos, al paso que revela la falta de representación femenina y de presencia de universidades fuera de la Capital. La configuración de la Corte actual, siguiendo la tendencia, está marcada por una fuerte presencia masculina, representación de varias de las principales áreas del derecho, integrantes de universidades bogotanas y la Rama Judicial como origen predominante.