Los entendidos saben que no, pues a lo largo de tal lapso al proceso oral acusatorio se le han podido ver más oscuros que claros.
Los abogados litigantes y los funcionarios judiciales saben que tal sistema ha operado en procesos en los que hay incriminados detenidos pero que en contraste, hoy hay más morosidad que antes en aquellos en que no hay detenidos.
Además, el presupuesto destinado ha sido insuficiente y ese ha sido el gran nudo gordiano que ha impedido que en las diversas regiones que conforman la geografía patria, pueda haber rendido buenos frutos el sistema. Probablemente en las grandes capitales la crisis no sea tan de bulto pero es de ver el asunto en regiones apartadas, en las que el Estado necesita hacer presencia permanente, donde los fiscales y jueces tienen que trabajar “con las uñas”.
Actualmente la justicia Laboral está implementando el sistema oral en el trámite de sus procesos y hasta hoy los resultados tienen muchos claroscuros. No ha funcionado como se esperaba. Se argumenta que la Ley que lo implementó tiene fallas y que no será fácil adoptar las reformas que el asunto exige, ni hay el presupuesto necesario para poner a funcionar la infraestructura que permite que sea exitoso.
En poco tiempo se volverá realidad el proceso oral en la justicia Administrativa y en la Justicia Civil. Se anuncia que el revolcón será de marca mayor pero cuando las cosas estén en funcionamiento se sabrá si es verdad lo que con entusiasmo se anuncia o en qué dificultades se enterrarán las llantas del vehículo procesal, impidiéndole funcionar en debida forma.
El Consejo Superior de la Judicatura es optimista y casi exultante expresa que el éxito está asegurado pues se logró volver Ley el que el gobierno central destine para la marcha de la Justicia un porcentaje importante del PIB. Los críticos manifiestan que tal corporación no entendió qué el PIB es una cuenta y que lograr lo anhelado va a ser imposible.
Lo cierto es que la Justicia colombiana está metida ya en el atolladero de implementar el sistema oral en todas sus áreas y que en lugar de acudir a los medios de comunicación a dar declaraciones más entusiastas que certeras es necesario hacer un análisis profundo de sus puntos oscuros para buscar superarlos, pues hay algunos que son del tamaño de los agujeros negros que se observan en el universo.