La idea nació, en 1995, de unos ciudadanos, entre ellos, el Grupo Suramericana, EL TIEMPO y las fundaciones Social y Corona, que creen que la justicia no es un problema de los jueces si-no de todos , cuenta.
Precisamente, para hacerles entender esto a los colombianos, Corporación Excelencia para la Justicia no solo está conformado por abogados. Ciudadanos de diferentes profesiones y es tratos sociales colaboran con este proyecto. Fuentes es, como dice él, la persona que tiene la responsabilidad de llevar a cabo las propuestas de todos ellos.
En este momento, por ejemplo, la Corporación está impulsando el programa Jueces de Paz, que ya lue aprobado por el Congreso y que entrará en vigencia en enero. La idea es que cualquier persona ayude a canciliar conflictos.
No se necesita saber de códigos, lo importante es saber escuchar a las dos partes y dejarse llevar por larazón y el corazón explica Fuentes- Sino se cansigue la cancillación el ciudadano obra como un juez y su decisión está respaldada por el Estado Los que quieran ser jueces de paz se tendrán que postular a una lista de la cual las comunidades eligen. Los seleccionados recibirán una capacitación que les perinitirá tener las herramientas necesarias para cumplir can su misión. Inicialmente, este programa solo funcionará en algunas zonas del país.
Fuentes es un optimista de este proyecto porque piensa que hay una gran cantidad de personas que están interesadas en ayudar a hacer justicia. Además, cree que el ciudadano entiende más de justicia cuando alguien igual a él y no un abogado, le habla del tema.
En las publicaciones de la corporación, profesionales no abogados tratan temas específicos que interesan a cualquier ciudadano. Temas similares a los que amas de casa, estudiantes y profe sionales pueden leer o escuchar a traves de los medios de comunicación, pues la idea es que todos sepamos un poco de derecho y así podamos defendernos y defender a los demás.
Mi sueno -dice Fuentes- es que esto se vuelva un movimiento nacional. Y que en algunos años Colombia tenga un juez que sea respetado, querido y que pueda atender las peticiones de los demás.