En esta oportunidad el magistrado Henry Villarraga, vicepresidente de la Sala Disciplinaria, fue el encargado de poner el dedo en la llaga.

Según este jurista, sus colegas de al lado no los tuvieron en cuenta a la hora de ordenar planes de descongestión, pero sí lo hicieron con despachos a los cuales no les correspondía el referido plan.

La queja está consignada por Villarraga en un derecho de petición de tres páginas que va dirigido al magistrado Jesael Giraldo, presidente de la Sala Administrativa del alto tribunal. En el documento, al que tuvo acceso Colprensa, Villarraga hace enérgicos reclamos relacionados con el olvido en que se han visto sumidos, a pesar del riesgo que corren muchas investigaciones disciplinarias.

“Queremos que nos expliquen por qué la Sala Administrativa no ha previsto un proyecto de descongestión para la jurisdicción disciplinaria, actualmente represada en cuanto a la notificación de sentencias expedidas por los distintos consejos seccionales de la Judicatura”, dijo Villarraga.

Según el funcionario, en la actualidad la Judicatura tiene más de tres mil procesos disciplinarios por fallar y aunque semanalmente se expiden más de 30 sentencias por despacho, lo que se acerca es un colapso en esta jurisdicción, pues no cuenta con funcionarios suficientes para adelantar la descongestión de la que tanto se ha hablado y que motivó una serie de reuniones entre magistrados de las Cortes con el Presidente de la República y la Procuraduría General.

En sus propias palabras

“Nos preocupa que la Sala Administrativa esté desarrollando planes de descongestión para ella misma, cuando no funge como juez de la República”. Hhenry Villarraga, vicepresidente de la Sala Disciplinaria.

El País / 29 de enero de 2009