El jefe de la misión de la OEA para el proceso de paz con los paramilitares colombianos, Marcelo Álvarez, aseguró en la sesión inaugural que el Congreso tiene “un enorme significado para el desarrollo de procesos de paz”.

“Desde la OEA compartimos el objetivo principal de este congreso de Ciddr, de destacar la importancia de la reintegración basada en las comunidades como la forma más viable para garantizar el éxito a largo plazo de la reintegración social y económica de personas desmovilizadas”, dijo.

Álvarez recordó que este es el primer congreso internacional sobre ese tema que se realiza a nivel mundial y que las experiencias quedarán compiladas en un documento titulado “La contribución de Cartagena al Desarme, Desmovilización y la Reintegración (DDR)”.

Asimismo, renovó el compromiso de la Organización de Estados Americanos, OEA, en el proceso de paz con los paramilitares que permitió la desmovilización de más de 31.000 combatientes. “En la OEA estamos convencidos de que las víctimas reales de este conflicto pueden y deben ser escuchadas, además tienen que participar activamente en la construcción de la paz”, advirtió.

Colombia pionera

Por su parte, el vicepresidente colombiano, Francisco Santos, señaló que hay grandes expectativas sobre los aportes del congreso para que Colombia pueda completar, con un feliz término, la reintegración social y económica de unas 50.000 personas.

“Este congreso permitirá el intercambio de conocimientos y experiencias prácticas en la etapa crucial para los procesos de paz que constituye la reintegración plena de los combatientes a la sociedad”, afirmó.

Santos agregó que ninguno de los procesos de paz que se ha desarrollado en África, Asia y Centroamérica ha tenido “lo que hasta ahora hay en verdad y justicia en Colombia, así como lo alcanzado en reparación, sin hablar de lo que va a haber en el futuro”, puntualizó.

El director de la OIM, William Lacy Swing, aseguró que el desarme, desmovilización y reintegración ha permitido poner en práctica “programas en más de 25 países en las últimas tres décadas desde Camboya y Croacia hasta Colombia y más reciente en Sri Lanka”.

“Es muy apropiado que el primer congreso de desarme, desmovilización y reintegración se celebre precisamente aquí en Colombia, un país que ha sido pionero de su propio modelo de DDR, un modelo que desde sus inicios en 2002 llevó a la desmovilización de cerca de 48.000 personas”, añadió Swing.

Expertos de más de 25 países participan desde ayer y durante cuatro días en este Primer Congreso Internacional de Desarme, Desmovilización y Reintegración que se realiza en la ciudad colonial de Cartagena de Indias.

Entre sus objetivos está aumentar el compromiso y participación de la empresa privada, destacando su importancia, en el proceso de reinserción de excombatientes para desarticular el conflicto armado colombiano y, en general, para desarmar cualquier conflicto interno en el orbe.

La experiencia de África Central

El programa multinacional de desmovilización y reinserción, Pmdr, desarrollado en la región de los Grandes Lagos de África, finalizará el próximo 30 de junio del 2009 tras siete años en los que se logró la reintegración a la vida civil de unos 300.000 ex combatientes, informó ayer el Banco Mundial, BM.

La entidad financiera aseguró desde Cartagena, sede del primer Congreso Internacional de Desarme, Desmovilización y Reintegración, que el Pmdr ha sido el mayor programa de desmovilización y reintegración en el mundo.

Ese programa contribuyó también a la liberación de unos 40.000 niños soldados que formaban parte de grupos armados en varios países de África Central.

La directora del Pmdr, María Correia, aseguró que el programa alcanzó alrededor del 75% de su meta inicial y que los resultados logrados son asombrosos teniendo en cuenta la volatilidad de la región.

El programa ha desembolsado más de US$560 millones en Angola, Burundí, República Centroafricana, República del Congo, República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda.

• La reintegración basada en comunidades, es la mejor forma para garantizar el éxito a largo plazo de la reintegración social y económica desmovilizados.

El País / 05 de mayo de 2009