Bogotá, 25 de febrero de 2020. A continuación, se realiza una transcripción de la culumna publicada por Javier Borda Díaz en El Tiempo. El texto y la imagen fueron tomados de su página web.
¿No le parece que seguimos hablando de lo que “es tendencias en las redes sociales” sin percatarnos de que no nos queda nada de tanto bullicio?
La irritación que vemos a diario es casi siempre efímera y, por lo tanto, inservible. Son casi infinitos los casos que a cada rato despiertan nuestra reacción. Así contamos la reciente pelea de dos periodistas en una emisora, la propuesta de un senador de ‘censurar’ música para que los jóvenes no caigan en desgracia, la pérdida de virginidad del expadre Alberto Linero, la pareja que fue grabada teniendo sexo al frente de una discoteca, la mujer de “estrato 5 que humilló a unos venezolanos” o la “confesión” de Amparo Grisales sobre una mascota que fue violada por un habitante de calle (léase indigente e indignante).
El escándalo es incesante y lo consumimos día tras día sin que sirva más que para un momentáneo sacudón sentimental o una fútil conversación.
No hay duda: deberíamos valorar más nuestro tiempo sin creernos más que los demás por nuestras preferencias. Es valioso apoyar en redes movimientos como el del #MeToo o las marchas pacíficas por nuestros derechos. Aquí no se está aconsejando —ni más faltaba— que pasemos las 24 horas del día en profundos debates y superinteresantes autorreflexiones —para eso no están hechas las redes sociales—, sino intentar interesarnos en cosas que al menos nos hagan pensar un poco más.
Los muertos que recientemente se han encontrado en Dabeiba, Antioquia, tendrían que sacudir a esta sociedad, por ejemplo, pero en lugar de eso, miles de hinchas aúllan porque alguien trata mal a su político de moda. Y hay muchas otras situaciones trascendentales que atender, por desgracia. Publicaba EL TIEMPO hace poco que se podría llenar el estadio Alfonso López de Bucaramanga con el número de víctimas de violencia sexual que hubo en Colombia en 2019, es decir, más de 25.000. ¡Qué barbaridad y qué indiferencia leer noticias así y pasar a la siguiente como si nada!
Las desgracias que paralizarían otros países a nosotros se nos volvieron paisaje. Cada 36 horas matan a una mujer que había denunciado maltrato y cada día mueren 17 personas a manos de sicarios, sostiene la Fiscalía. Dos personas mueren al día en atracos. Cada día se abren 31 casos por presunta corrupción y 4 de 10 terminan archivados, lamenta la Corporación Excelencia en la Justicia. A diario se cuentan 45 robos a comerciantes. Cada 24 horas se registran cuatro denuncias de pornografía infantil, según la Dijín.
Por todo esto —y mucho más—, es una bobería indignarse a cada rato en redes sociales mientras todo esto malo nos pasa. Se puede participar en la conversación rutinaria sin quedarse en ella. Dicho en otras palabras, deberíamos molestarnos de verdad por las cosas importantes y no solo por lo que es tendencia en las redes sociales. Hay que buscar el porqué de nuestras penas y descubrir algo que nos permita cambiar bastante para mejorar aunque sea un poco.
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