Monitoreo de medios

La terna que no llegó

* En vilo cupo en Corte Constitucional
* Proceso ya quedó para el próximo año

Más allá de las razones que tienen dilatado el proceso de elección de un magistrado de la Corte Constitucional, es preocupante el hecho de que sólo en marzo del próximo año el Senado pueda estar procediendo a la escogencia de uno de los nueve titulares del tribunal judicial de mayor jerarquía en Colombia. Una preocupación que se hace más evidente porque no sólo se trata de reemplazar a un jurista cuyo período desde hace tiempo se sabía vencía en septiembre pasado, sino porque la conformación de la terna, que le corresponde al Consejo de Estado, no se ha podido concretar hasta el día de hoy.

Según un informe publicado ayer por este diario, el pasado 22 de octubre el pleno del máximo tribunal de lo contencioso-administrativo escuchó a los 20 candidatos que continúan en el proceso para integrar la terna. Se esperaba que tras las exposiciones de los aspirantes, la plenaria del Consejo de Estado no se demorara mayor tiempo en escoger a los tres postulados y remitir así la respectiva plancha al Senado para que éste pudiera fechar la audiencia pública y la sesión de elección del magistrado. Sin embargo, nada de ello se ha concretado y los rumores en los círculos jurídicos es que hay un pulso político e ideológico en el alto tribunal en torno de cuál debe ser el perfil de quienes sean proyectados como candidatos a un escaño en la Corte Constitucional.

Lo más grave es que ya faltan escasos nueve días para que termine este primer tramo de la legislatura parlamentaria. Teniendo en cuenta la gran carga de proyectos pendientes de aprobación o avance en la plenaria del Senado en esta última semana de trabajo, prácticamente es imposible que así el Consejo de Estado pudiese confeccionar la plancha de postulados y enviarla a la corporación legislativa en los próximos días, se encuentre espacio y tiempo en la agenda legislativa para evacuar un asunto de tanta trascendencia institucional.

Así las cosas, la elección sólo se daría después de mediados de marzo, cuando se reanuda la actividad legislativa. Es decir, casi siete meses después de la salida del magistrado al que se le cumplió el período.

Para nadie es un secreto que la Corte Constitucional tendrá el próximo año que realizar exámenes de exequibilidad a leyes y actos legislativos -hoy en trámite- que generan una gran controversia a nivel nacional, como los relativos al fuero militar, las uniones homosexuales y la eutanasia, entre otros. De allí que, según se especula en algunos corrillos jurídicos, la elección del nuevo magistrado haya tomado tanta importancia pues su voto podría inclinar la balanza en la ruta jurisprudencial que la Corte tome frente a cada uno de esos asuntos de alta controversia que llegaran a su conocimiento para surtir el respectivo examen constitucional. Esa clase de especulaciones resultan aún más lesivas para toda la cúpula judicial, pues se transmite la falsa idea de que los fallos de los máximos tribunales no se basan en las interpretaciones objetivas de lo mandado por la Carta y la jurisprudencia derivada, sino que el sentido de las sentencias está influido de forma sustancial por los criterios y posturas ideológicas subjetivas de cada magistrado.

Para erradicar esa clase de especies que están circulando, se requiere que el Consejo de Estado proceda, de una vez por todas, a confeccionar la terna. Ya se ha surtido buena parte del proceso con la preselección de inscritos así como en la audiencia en que cada candidato expuso no sólo los méritos y trayectoria que lo acreditan para ocupar un escaño en la Corte que se encarga de la guarda de la Constitución, sino qué tanto conoce de la línea jurisprudencial fijada por la misma.

Ya en líneas más generales, es claro que las trabas que se están presentando en la escogencia de los magistrados de la Corte Constitucional una vez más ponen en evidencia que se requiere una reforma de fondo en la estructura de la Rama. Lamentablemente la que este año se proyectó e incluso llegó a ser aprobada por las plenarias de Cámara y Senado tuvo que ser hundida por la vía excepcional de las objeciones presidenciales, pues de haber entrado en vigencia habría generado un impacto lesivo en todo el sistema de administración de justicia.

A estas alturas de la legislatura parlamentaria y en la antesala del arranque de la vacancia judicial, no le queda al país más que resignarse a que cuando se reinicie el Congreso, en marzo, ya esté lista la terna para la elección del magistrado y ese proceso se finiquite en tiempo récord.
 

Presidente posesiona nuevo magistrado

El Presidente de la República, Juan Manuel Santos, posesionó este lunes al Magistrado del Consejo Superior de la Judicatura, Wilson Ruiz Orejuela.

“De manera que lo felicito y le deseo muchos éxitos. Su éxito, el éxito del Consejo Superior de la Judicatura, es el éxito de todos los colombianos, y por eso me complace mucho haberlo podido posesionar”, dijo el Jefe de Estado.

De igual manera, el Mandatario destacó el ejemplo que Colombia está dando ante el mundo por la armonía entre los poderes públicos.

“Colombia está dando un ejemplo ante el mundo de una colaboración y de una armonía entre los poderes públicos”, afirmó el Mandatario
Agregó que gracias a este trabajo conjunto se han aprobado varias reformas que benefician a los colombianos.

“Realmente sí es un activo importantísimo, que nos ha permitido aprobar unas reformas en el Congreso en forma oportuna”, manifestó el Presidente Santos.

Fuente: El Nuevo Siglo
 

Elección aplazada

Como se sabe el Consejo de Estado tiene que formular una terna para el cargo de magistrado de la Corte Constitucional que dejó Humberto Sierra Porto. Sin embargo, los magistrados están divididos entre quienes quieren una terna liberal y quienes quieren una conservadora. Se llegó a un acuerdo político de aplicar una fórmula simétrica, no solo para el reemplazo de Sierra Porto, sino para la presidencia del Consejo de Estado y los dos cargos de magistrados de esa corporación que están vacantes. Así, la terna solo sería presentada el año entrante y como el Congreso es quien la elige y empieza a sesionar en marzo, no habrá magistrado nuevo en la Corte Constitucional hasta esa fecha. 

Fuente: Semana

Procurador: ¿reelección viciada?

Fuente: Semana

La oposición advierte que tres artículos de la Constitución pudieron ser vulnerados en el proceso de elección del procurador general.

Con la Constitución en la mano, el senador progresista Luis Carlos Avellaneda, uno de los seis senadores que votó en blanco en la plenaria en la que Alejandro Ordóñez resultó reelegido procurador general de la Nación, dice que tres artículos de la Carta Política pudieron haber sido vulnerados en ese proceso electoral.

Avellaneda, quien hace parte de la Comisión Primera, que se encarga de asuntos constitucionales, asegura que ese hecho pudo haber viciado la reelección de Ordóñez.

Un día después de la polémica decisión del Senado, las preguntas que plantea este constitucionalista son: ¿la Cámara alta decidió elegir procurador sin terna de candidatos? ¿Ordóñez estaba inhabilitado para participar de la elección? ¿Hubo congresistas que participaron de la votación a pesar de tener conflicto de interés?

La terna

La renuncia de María Mercedes López a la postulación que le hizo el presidente Juan Manuel Santos se conoció aproximadamente cinco horas antes de iniciar la plenaria en la que se reeligió a Ordóñez.

Los senadores Avellaneda, Camilo Romero y Jorge Robledo consideraron que por ese hecho el Senado escogió al procurador de "una terna de dos candidatos", violando el artículo 276 de la Constitución que señala "el procurador general de la Nación será elegido por el Senado, para un periodo de cuatro años, de terna integrada por candidatos del presidente de la República, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado".

En criterio de los exmagistrados de la Corte Constitucional, Carlos Gaviria y José Gregorio Hernández, "sólo dos candidatos participaron de la elección". Pero la tesis defendida por la oposición es controvertida por el hecho del trámite de la renuncia de la magistrada López.

Roy Barreras, presidente del Senado, dice que "jurídicamente hubo terna" pese a que López se abstuviera de presentarse en la plenaria en la que se produjo la elección. Afirma que a la secretaría del Senado llegaron las postulaciones de Ordóñez, Orlando Gallo y la propia López, pero nunca se tramitó la renuncia de ningún candidato. Al no tener esa certificación se da por entendido que el presidente de la República "no aceptó" la renuncia.

Eduardo Enríquez Maya, senador conservador, y también integrante de la comisión de asuntos constitucionales, considera que la renuncia debió haberse tramitado ante el Senado, circunstancia que no ocurrió. Durante la plenaria, cinco senadores votaron por María Mercedes López.

La presunta inhabilidad de Ordóñez

Avellaneda defiende la tesis de que Alejandro Ordóñez "se inhabilitó" de participar en la elección "por haber nombrado" en la Procuraduría a familiares o parientes de "servidores públicos comprometidos con su elección".

Esa especie de inhabilidad está consagrada en el artículo 126 de la Carta Política, que señala que los servidores públicos "no podrán nombrar como empleados a personas con las cuales tengan parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad, primero civil, o con quien estén ligados por matrimonio o unión permanente", pero tampoco "podrán designar personas vinculas por los mismos lazos con servidores públicos competentes para intervenir en su designación".

El senador Avellaneda dice que en la procuraduría fueron nombrados familiares de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, quienes postularon a Ordóñez, y familiares de senadores, encargados de su elección.

Ruth María Díaz Rueda, Javier Zapata y Jorge Mauricio Burgos Ruiz fueron los tres magistrados de la Corte Suprema de Justicia (tribunal que postuló a Ordóñez) que admitieron a la coalición Elección Visible tener familiares en la Procuraduría.

En la plenaria de elección de procurador los senadores Jesús García (P. Liberal), Carlos Ferro (la U), Manuel Guillermo Mora (la U), Jaime Duran (P. Liberal), Jorge Pedraza (P. Conservador) y Jorge Francisco Herrera (Cambio Radical), certificaron tener familiares en la Procuraduría.

Sin embargo, el senador Antonio Guerra de la Espriella (Cambio Radical), vocero de la comisión de parlamentarios encargada de acreditar las calidades de los ternados, rindió su concepto y explicó que tanto Ordóñez, como Gallo y López, cumplían con los requisitos legales de participar de la elección.

El conflicto de interés

El artículo 183 dice que los congresistas "perderán su investidura", entre otras causales, "por violación del régimen de conflicto de interés". El día de la elección se tramitaron 40 impedimentos por cinco causas: tener investigaciones disciplinarias en la procuraduría, tener investigaciones penales en la Corte Suprema de Justicia (en los que la procuraduría debe pronunciarse), tener familiares con investigaciones disciplinarias, y tener familiares trabajando en la procuraduría. La plenaria rechazó todos los impedimentos.

El exmagistrado José Gregorio Hernández dice que estos parlamentarios veían enfrentado el interés particular sobre el interés público que supone participar de la elección.

Los senadores del Polo consideraron que estos impedimentos han debido ser aceptados por la plenaria e inhabilitarlos para participar de la elección.

El senador Manuel Enríquez Rosero (la U) fue el encargado de sustentar la razón por las que la plenaria habilitó de votar a los senadores que declararon su impedimento. Acogiéndose a conceptos del Consejo de Estado y a jurisprudencias, el senador explicó que el conflicto de interés debe ser "real y no hipotético o aleatorio", y que el interés general que debían ponderar los congresistas era escoger a la persona más idónea para el cargo de Procurador. "Es hipotético, y no real, que la decisión de los senadores afecte la decisión de los organismos de control sobre sus procesos".