42 dijeron estar enfermos y otros 13 que andaban de viaje
Para no debatir objeciones de la reforma a la justicia aseguraron tener colitis, lumbago, gastritis y dolor severo delimitación funcional.
Pocos fueron los congresistas que se opusieron abiertamente a las sesiones extras.
A la “cristiana sepultura” de la reforma a la justicia faltaron 41 representantes y 14 senadores. Según ellos, no se ausentaron por miedo a la posibilidad de incurrir en prevaricato al asistir a sesiones extras, a juicio de algunos “inconstitucionalmente” convocadas, o porque hayan querido “lavarse las manos”; es que justo entre miércoles y jueves, días en que sesionó el Congreso, nueve de ellos se enfermaron.
El Espectador tuvo acceso a los documentos que exponen los motivos de inasistencia y en las excusas médicas, en su mayoría por tres días, se lee: colitis, lumbago, dolor abdominal no especificado, enfermedad general, dolor severo de limitación funcional y gastritis.
Un caso especial es el del representante Juan Carlos Martínez que, según la excusa, está en recuperación posquirúrgica de la mandíbula. Por otra parte, el representante Laureano Acuña aseguró que le harían una intervención en las rodillas.
El senador Carlos Fernando Motoa se limitó a decir, sin especificar, que presentaba quebrantos de salud. Lo propio hizo su colega en el senado Liliana Rendón.
Después de los motivos de salud la excusa más común fueron los viajes al exterior. Trece representantes dijeron que “por razones personales que requieren de su estricta presencia” se encuentran fuera del país.
El único que reveló por escrito su destino fue Eduardo Crissien, quien está en Barcelona (España) para “cumplir con un compromiso familiar planificado con meses de antelación”. Otros aseguraron que tenían todas las intenciones de asistir a las sesiones extras, pero les fue “imposible” cambiar el tiquete para lograr una conexión aérea.
El representante Carlos Alberto Chaux, de Cambio Radical, justificó ante la Secretaría General que, aprovechando los días de receso de terminación legislativa, “desde días atrás adquirió compromisos con organizaciones cívicas y mandatarios regionales”. Según el legislador, las reservas de cupos a Inírida se deben hacer con un tiempo prudente porque sólo existe una empresa aérea.
Las únicas excusas que exponen la ilegalidad del trámite solicitado por el Gobierno son las de los representantes Miguel Gómez y Wilson Arias, así como la del senador José Darío Salazar. Según Gómez, “si el Congreso acepta dar curso a un trámite que no existe ni en la Constitución ni en la ley, aceptaría que el presidente puede bloquear la reforma por las vías de hecho”.
Los congresistas señalaron que con la asistencia a las sesiones, los demás parlamentarios incurrirían en prevaricato. El senador Juan Carlos Vélez argumentó objeción de conciencia para acudir a las sesiones.