La ponencia de la Reforma a la Justicia para su sexto debate eliminará el delito de conducir ebrio si no hay accidente y creará más instituciones en el Congreso para investigar a los aforados, como presidentes, magistrados y fiscales.
Una de las grandes preocupaciones del Gobierno, los ponentes y las Cortes más allá de la eliminación de las comisiones y de altos tribunales, es evitar que crezca el número de casos represados en los próximos años, que por ahora llega a los dos millones. Por ello una de las propuestas que será puesta a consideración del Congreso en la ponencia es que conducir ebrio no sea un delito, a menos de que haya un accidente con heridos.
Según el texto, esto evitaría largos procedimientos y se reduciría a una sanción de días, que tampoco congestione las cárceles, porque el delito sería excarcelable y sólo el conductor sería llevado a una estación de Policía.
Por otro lado, a los llamados aforados se les quita la Comisión de Acusación que los investiga, pero se les creará un tribunal alterno que no quedaría en el Congreso.
El coordinador ponente de la reforma, Eduardo Enríquez Maya, indicó que estos integrantes tendrían las mismas facultades para ser magistrados y no serían elegidos ni por el Legislativo, ni por el Presidente de la República, pero la entidad sí quedará adscrita al Congreso.
Los últimos ajustes de la reforma serán estudiados en las próximas horas y la ponencia será radicada antes del medio día.