Así mismo, no es una propuesta que claramente vaya a servir para la independencia y el mejoramiento de la justicia, sino más bien para modificar el sistema de juzgamiento de los aforados.
La separación de las funciones de investigación y juzgamiento, el elevamiento de exigencias para ser magistrado de las altas Cortes, la posibilidad de reformar el Consejo Superior de la Judicatura y la voz del Ministro del Interior y de justicia en la Sala de Gobierno son algunos de los aspectos que no gustan de la reforma.
Entre los vacíos, la regulación de la tutela contra sentencias, la integración de una sola Corte de Casación, la obligatoriedad de unificar jurisprudencia por parte de las altas cortes y la obligatoriedad constitucional de los términos procesales por las partes y por los jueces.
Para mayor información revise el documento adjunto que contiene la ponencia completa o comuníquese al (1)623 73 65, Corporación Excelencia en la Justicia en Bogotá.