Con estas palabras, el presidente del Consejo de Estado, magistrado Gustavo Gómez Aranguren, lanzó este miércoles una nueva andanada de críticas por el accidentado trámite y posterior aprobación de la Reforma a la Justicia.

A su juicio, el examen que hizo la ciudadanía sobre lo que finalmente se aprobó en la Reforma la Justicia les recordó a las tres ramas del poder público que sus actuaciones son fiscalizadas y por eso tienen límites concretos.

“Aquí no se puede ser autoritario, caprichoso, hay valores que sustentan el progreso de la nación y nosotros no somos mas que interpretes de eso. Que glorioso ser juez pero más si son sensibles a la realidad de un paísque está naciendo para la democracia”, añadió.

Gómez Aranguren señaló que el debate por la Reforma dejó en evidencia una fractura judicial en torno a lo que significa ser juez y señaló que esa labor “no es ir a pensionarse plácidamente con un buen salario” ni trabajar por el rating. De hecho, dijo que no importa que las altas cortes hayan disminuido su nivel de aceptación en las encuestas.

MICOS, DESDE DEL INICIO

Las críticas de Gómez continuaron contra el Congreso y el Ejecutivo porque, según dijo, los ‘micos’ fueron incluidos desde abril de este año en el proyecto de acto legislativo y no en la comisión de conciliación.

“Desde el principio venían. El proyecto que nosotros estudiamos en primera vuelta era mucho más nefasto que el que salió al final”, dijo al señalar que el proyecto que el propio Consejo de Estado presentó terminó en la basura del Congreso.