Reforma a la Justicia, a la espera del debate final esta semana
El proyecto podrá ser aprobado en su último debate en la Cámara. No cesan críticas desde diversos sectores.
La suerte del proyecto de reforma a la Justicia está echada. Para esta semana se espera que la plenaria de la Cámara de Representantes le dé trámite y aprobación en último debate. Sin embargo, las críticas a la iniciativa se mantienen, a pesar de que ya ha superado siete de los ocho debates que se requieren para que sea enmienda constitucional.
Uno de los mayores críticos de la reforma en la Cámara ha sido el representante del Polo Germán Navas Talero, quien insistió en que el proyecto que se ha venido aprobando en el Congreso no es una reforma a la Justicia, sino que se trata de una iniciativa que beneficia a las cúpulas judiciales y del Congreso, pero no del ciudadano del común.
Navas dijo que en la iniciativa existen serias irregularidades y volvió a alertar sobre la decisión de “alargarle el período a los magistrados”, situación que de inmediato “inhabilitaría a los miembros de la Corte Constitucional para hacerle la revisión a la norma”, ya que -según explicó- resultan beneficiados con el proyecto, por lo que mantener este tema obligaría a que se nombren “conjueces para el análisis de exequibilidad”.
Las críticas de Navas se basan en la propuesta contenida en la reforma, en la cual se aumenta el período de los magistrados de las altas cortes de 8 a 12 años, se establece la edad de retiro forzoso a los 70 años y, adicional, establece que estos beneficios cobijarán a los actuales miembros de los altos tribunales.
Para el exministro Horacio Serpa, el hecho de que se aumenten el período de los magistrados y la edad de retiro forzoso es viable, pero lo que no comparte es que “operen inmediatamente”, por lo que consideró que al lado del retorno “al antiguo sistema de cooptación, desdibuja el correcto propósito de la reforma, en el cual hay que creer”.
La situación de este aumento de períodos y el beneficio a los actuales magistrados fue criticado en su momento por el ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, quien calificó la propuesta como inconveniente y dijo que eso tenía un ‘tufillo’ de componenda.
Sin embargo, y a pesar de las críticas que se hicieron en la Comisión Primera de la Cámara a este beneficio para los magistrados, el ministro Esguerra guardó silencio y no dijo nada en el momento de la aprobación de este artículo en dicha sesión, pero fuera del recinto recordó que el Gobierno ya fijó su posición en torno al tema.
La reforma, al ‘paredón’
Paralelo a las críticas que se han hecho al contenido de la reforma, existen sectores que advierten que este proyecto está lejos de ser una verdadera enmienda a la Justicia, debido a que se han dado cambios más para las cúpulas que para la verdadera administración de la Rama.
El exfiscal General Alfonso Gómez aseguró que el “Gobierno y el Congreso han desaprovechado una oportunidad para adelantar una verdadera reforma” y acusó que esta norma se ha empeñado en “una distribución de poderes a nivel de las altas cortes y del propio Congreso, lo que tiene que ver con los fueros y los procesos, pero que en verdad, no inciden en nada en la solución de los problemas verdaderos del ciudadano que demanda una justicia pronta y cumplida”.
Algo similar piensa la directora Ejecutiva del Observatorio Permanente para la Administración de Justicia, María del Pilar Arango, quien insistió en que este proyecto parece más “una reforma política que a la Justicia”.
Arango señaló que “tanto el Gobierno como el Congreso se preocuparon más de fueros y beneficios, que de la esencia de los problemas de la justicia, como es el mismo acceso a la misma del ciudadano común”.
Serpa cree que existen elementos como “cercenar las funciones de la Sala Penal de la Honorable Corte, autorizar la privación policial de la libertad, la presencia permanente del Ministro de Justicia en la Sala de Gobierno Judicial, establecer trámites de gobierno para el manejo del presupuesto de la Rama y atribuir funciones judiciales a empleados administrativos, que no se consideran vitales o son mal vistos por importantes sectores ciudadanos”.
Por lo que alertó que “una observación en boca de mucha gente es la de que la reforma nada importante dispone en relación con sus principales quebrantos: la congestión y la mora”.
El mismo ministro Esguerra ha reconocido que si bien esta no es la mejor reforma, sí se ha “acercado a lo que se quiere” y enfatiza que hay herramientas que servirán para contrarrestar el problema de la congestión en el país.
“Si las cosas se miran con una cierta desconfianza y con temor sobre la mala fe por supuesto todo lo malo puede pasar en todos los campos todos los días. En este caso no se trata de eso”, anotó Esguerra.
Esguerra añadió que en aquellos eventos en los cuales se ha confiado “excepcionalmente una función jurisdiccional a abogados en ejercicio como ocurre todos los días con el arbitraje y como ocurre todos los días con los conjueces de las altas cortes, no ha habido por cuenta de eso carrusel de ninguna naturaleza. Los carruseles han surgido en otros sitios y alrededor de otras cosas”.