Encargo nada fácil si se tiene en cuenta que bajo su responsabilidad tendrá la administración de 1,5 billones de pesos del presupuesto nacional y alrededor de 43 mil empleados.
La jurista llega a la dirección de la Judicatura en uno de los momentos más difíciles en la relación de los poderes Ejecutivo y Judicial, por cuenta de las “chuzadas” a magistrados. La normalización de esos vínculos es una de sus prioridades.
Usted es la segunda mujer, después de Lucía Arbeláez que alcanza la presidencia de la Judicatura, 18 años después de su creación, ¿qué representa eso?
Esta ha sido una generosidad de mis compañeros, además de una responsabilidad frente a la justicia y el país. Es un reto enorme por todo lo que tenemos que hacer para que los colombianos confíen en su justicia. Espero responder de la manera como lo exige el momento y las circunstancias nacionales.
¿Cree que ahora sí le llegó la hora a las mujeres?
Hemos avanzado en el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Eso es cierto. Toda la movilización universal que ha habido en cuanto al tema de la igualdad de género se refleja de alguna manera en los diferentes países.
Acerca del presupuesto que le está siendo asignado a la Rama Judicial, ¿considera que es suficiente?
El presupuesto siempre ha sido deficitario. En esas circunstancias, el cumplimiento de las metas debe darse por una labor eficiente. Aunque la aspiración de una justicia al día necesita definitivamente del esfuerzo conjunto del Gobierno y del Congreso. En eso estoy trabajando.
Mucho se habla de la congestión en la justicia, ¿cómo va el intento de terminarla?
La producción de la Rama Judicial permite contar con una justicia pronta, en el sentido de que es similar el número de procesos que ingresan anualmente, al número de casos que egresan. Ese inventario histórico se quiere minimizar y, ojalá, eliminar.
Otro tema que preocupa es el de las faltas de los abogados, a pesar de las sanciones que existen. ¿Qué se puede hacer para evitar que los ciudadanos sean presa de abogados inescrupulosos?
En ese punto hay que decir que la mayoría de los juristas son profesionales idóneos que desempeñan su función con decoro, pero eso se ve empañado por la actitud de algunos que transgreden las normas disciplinarias. Contra estos últimos la Sala Disciplinaria está trabajando para sancionarlos.
¿Pensarían ustedes en adelantar una campaña para instruir a los ciudadanos de a pie?
La formación de conciencia ciudadana en el tema de justicia es una necesidad en la que se debe trabajar diariamente. Un ciudadano que conozca mejor sus derechos y la manera de ejercitarlos, cree más en las instituciones y contribuye a su fortalecimiento.
¿Cómo hacer para empezar a solucionar esos casos?
Trabajar desde la Universidad. Allí, en donde se forman los abogados, pues no sólo hay que capacitarlos, sino también hay que dotarlos de la ética suficiente para dignificar su ejercicio y así merecer la confianza de los ciudadanos.
Un informe divulgado esta semana por la ONG Transparencia Internacional mostró a la justicia como uno de los sectores que los colombianos consideran más corrupto. ¿Es justa esa apreciación?
La verdad no. Existen hechos que posibilitan esa percepción por casos de corrupción aislados que terminan generando una alarma social mayor. De quienes menos esperan los ciudadanos casos como esos, es de los jueces, los fiscales y empleados judiciales. Pero, lastimosamente, la sal se corrompe, enseña la Biblia.
¿Cómo cambiar esa percepción?
Más que cambiar la percepción de corrupción se necesita modificar la realidad y eso se consigue con el desempeño honrado y eficiente de los servidores vinculados a la justicia, con la colaboración ciudadana y con la sanción a quienes transgreden las normas éticas y penales.
Usted llega en un momento en el que los ánimos entre los poderes están caldeados por las interceptaciones ilegales. ¿Considera que el toque femenino podrá darle un nuevo aire a las maltrechas relaciones entre la Corte Suprema y Gobierno?
En ese tema se ha avanzado para que las diferentes ramas del poder público colaboren armónicamente en la realización de los fines del Estado, como está dispuesto en la Constitución, actuando cada cual en el ámbito de sus competencias. Hacia allá va mi gestión.
La Judicatura ha recibido duras críticas en el sentido que a ese tribunal han llegado más que juristas experimentados, políticos cercanos al Gobierno, ¿qué opinión le merecen esos señalamientos?
La principal exigencia de los jueces del mundo entero es el ejercicio de su función con independencia y economía, lo que por supuesto está garantizado plenamente en nuestras decisiones. Lo que ocurre es que la conformación de algunas de nuestras cortes, según la Constitución, involucra a otras ramas del poder público. Ese es un mandato que no depende de los elegidos.
Su elección fue un respiro para muchos observadores, quienes veían con preocupación que a la cabeza de la Judicatura llegara una persona que no conociera el ejercicio del derecho. En ese sentido se mencionaron nombres desaprobándolos. ¿Qué opina de esa posibilidad que existió?
Todos los que hacemos parte de la institución bien pudimos asumir las vocería. Recayó en mí por la generosidad de mis compañeros y es con su concurso como espero hacer una gestión a favor de la rama judicial, de la justicia y del país.
¿El Consejo de la Judicatura ha resultado afectado por la reelección presidencial, en el sentido señalado por analistas de que se ha alterado el equilibrio de pesos y contrapesos?
Mientras nuestras decisiones estén enmarcadas en los límites que nos imponen la Constitución y la ley, el ejercicio de nuestras competencias, en lugar de debilitar el necesario equilibrio institucional, lo fortalece.
Cuénteme del llamado ‘Software de María Mercedes’
Es un software que por ahora sólo está en mi despacho. Con él podemos tener absoluto control de lo que pasa con cada uno de los procesos que tenemos, no sólo para supervisarlos, sino que además permite celeridad, eficiencia, eficacia y transparencia. Eso nos ayuda a cumplir con una justicia pronta. Sólo así puedo mostrar resultados, quiero así ser responsable con mi compromiso. Ahora se viene estudiando la posibilidad de implementarlo en otros despachos.
TRAYECTORIA
María Mercedes López hace parte de la Sala Disciplinaria del Consejo de la Judicatura. Es egresada de la facultad de derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana “Unaula”; López Mora cuenta con una especialización en Derecho Penal y Criminología y otra en ciencias Penales y Criminológicas.
Ella será quien presida la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial, de la cual hacen parte los presidentes de las cuatro cortes, el Fiscal General de la Nación y los representantes de los trabajadores.
Durante 20 años en la Rama Judicial, se ha desempeñado como Procuradora Judicial Grado II en Neiva, Magistrada de la Sala Penal de Pereira y Presidenta de la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura del Tolima.