El marco jurídico para la paz será votado en último debate este jueves en la plenaria del Senado.

Germán Navas, representante del partido de oposición, dijo que se iban por “falta de garantías”.

La bancada del Polo Democrático en la Cámara, compuesta por cuatro representantes, decidió retirarse de la discusión y votación del proyecto de reforma de la justicia, que atraviesa su último debate en esa corporación.

De acuerdo con Navas, en el debate del proyecto de enmienda constitucional no le han dado las garantías necesarias a la oposición, y a sus proposiciones no les han dado el trámite que ordena la ley.

“Regresaremos cuando haya un debate distinto (…) Lástima el ‘patadón’ que le están dando a la Constitución del 91”, dijo Navas.

Previamente, su copartidaria Alba Luz Pinilla había denunciado que el Polo había impugnado la decisión de la Mesa Directiva de la Cámara de fijar una hora de cierre para el recibo de proposiciones, pero el Secretario de la Cámara, Jesús Alfonso Rodríguez, manifestó lo contrario.

Ahora que el proyecto de acto legislativo entra a la última votación, vale la pena apelar a los congresistas para que hagan lo posible por impedir que se aplique a los actuales miembros de las altas cortes y funcionarios en ejercicio. De lograrlo, ello equivaldría a enviar un mensaje ético muy poderoso y a dar una prueba contundente de que el Congreso no está dispuesto a aprobar reformas que tienen nombre propio. De contera, desmontaría el perverso argumento de que lo que hay detrás es un pago de favores entre parlamentarios y magistrados, que pone en riesgo la independencia judicial. Sobre esta aberración sería conveniente escuchar las voces de nuestros magistrados para saber si están de acuerdo.

Ojalá se aproveche este último debate para subsanar fallas y riesgos -como la rigidez presupuestal, que estimula la vieja y nociva estrategia que consiste en arrojar dinero a los problemas en lugar de solucionarlos-, que quedaron plasmados en el texto aprobado en séptimo debate y sobre los cuales han alertado no pocas voces estudiosas de estas materias.

Resta por pedir que se proceda con la mayor precaución en el desarrollo de una adecuada transición hacia las nuevas instituciones y regímenes de los aforados que están contempladas en la reforma. Y exigir que, con ella o sin ella, al sistema de justicia se postulen y lleguen los mejores hombres y mujeres.

Así que el reto y el compromiso con el país son grandes.