Una audiencia de 30 minutos realizada en la isla de San Andrés, marcó el principio de la aplicación de la justicia oral en la rama laboral.
El proyecto piloto, que también se aplica en Pamplona, Santander, se extenderá este año a todo el país y hace parte del programa de descongestión de la justicia que adelanta el Consejo Superior de la Judicatura.
Y es que con el sistema oral la reducción de tiempo en los procesos es innegable. El procedimiento realizado en San Andrés, en el anterior sistema escrito, habría tardado cinco meses.
Según Jesael Giraldo, presidente de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, se escogió a San Andrés por haber sido uno de los tribunales más eficientes del país.
La extensión a todos los juzgados laborales de este sistema demandará una inversión cercana a los 93 millones de pesos, pues se requiere la construcción de salas adecuadas y elementos de audio y video, entre otros.
Ahorro de tiempo y dinero
Giraldo insistió en que lo importante es sacar adelante la implementación de la oralidad en todas las ramas.
De momento, hay siete juzgados que adelantan el proyecto piloto para procesos civiles y de familia, en Bogotá.
Los procesos administrativos están en la mira del proceso de descongestión, por ser los más lentos.
Según Fabio Hernández, presidente de Asonal Judicial, “un proceso se puede demorar entre siete y 10 años, porque los jueces tienen uno o dos empleados”.
Para mejorar esta situación, el Consejo Superior autorizó la creación de cuatro cargos de magistrados en el Consejo de Estado para sacar adelante lo que tiene que ver con acciones judiciales o de grupo.
Además se contempla la obligatoriedad en la conciliación extrajudicial en asuntos que impliquen indemnizaciones. Esto podría ayudar a que se descongestionen los despachos antes de emprender un proceso que pueda representar una gran inversión de tiempo y dinero.
El magistrado Giraldo explicó que gracias a la oralidad se agilizaron los fallos judiciales, haciendo que el represamiento judicial sea sólo del 8 por ciento.
Este mismo beneficio se ve reflejado en el ahorro en recursos financieros, tal como lo afirmó el presidente del Consejo Superior, Hernando Torres, quien destacó que al comparar los sistemas orales y escritos, los costos se reducen en un 50 por ciento.
El Colombiano / 05 de febrero de 2009