La necesidad de reformar la Justicia no ha dejado de ser imperiosa para el Estado colombiano pese a que el proyecto que cursaba en el Congreso de la República se truncó hace más de año y medio, en junio de 2012, debido a la gran cantidad de ‘micos’ que se le fueron colgando a lo largo de su discusión.
Ahora, una vez más, es un escándalo el que revivió la necesidad de reformar la justicia. Luego de ‘carruseles de pensiones’, de viajes de turismo injustificados, el turno le tocó de nuevo al Consejo Superior de la Judicatura por hechos de presunta corrupción que habría cometido el magistrado de su Sala Disciplinaria Henry Villarraga.
Las grabaciones reveladas que indican que habría favorecido al coronel del Ejército Robinson González del Río, investigado por supuestos ‘falsos positivos’, desató una reacción sin igual en las propias Cortes que pidieron, todas, a la Comisión de Acusaciones de la Cámara que acelere la investigación en su contra. Incluso, la propia Corte Constitucional, corporación que suele mantener silencio frente a este tipo de escándalos, también se pronunció reclamando celeridad en la investigación al jurista.
Con la propia iniciativa del presidente de la República, Juan Manuel Santos, y el ministro de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, parece que las presuntas irregularidades de Villarraga fueron la ‘gota que rebasó la copa’ y el país se enfilará hacia una nueva reforma a la Justicia.
Colprensa habló con el presidente de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, magistrado Wilson Ruiz, y con la directora de la Corporación Excelencia a la Justicia, Gloria Borrero, quienes dieron sus luces sobre cómo podría llevarse a cabo la reforma.
“Ojalá las cortes no tuvieran que elegir a nadie“: Wilson Ruiz
– ¿Qué tanto ha afectado a la Judicatura el escándalo del magistrado Villarraga?
Ese tipo de problemas golpea una institución como el Consejo Superior de la Judicatura, no puedo decir que no. Pero por un miembro, por un magistrado que tiene responsabilidades penales individuales, no se puede de entrada entrar a juzgar a toda una institución o querer acabarla como actualmente se pretende.
– Pero el Presidente Santos y el MinJusticia ya han dicho que lo quieren acabar….
Yo los he escuchado atentamente. Como presidente de la Sala Disciplinaria debo defender la parte institucional y decir que estamos sacando 20 fallos semanales cada magistrado, es decir, 140 en la semana. Han sido sancionados más de 14 mil abogados en todo el país, más de 2.000 funcionarios judiciales, y la gran mayoría de conflictos de competencia ha ido a la Justicia Ordinaria. Creo que estamos trabajado debidamente.
– ¿Si no acabar la Judicatura, cómo modificarla?
La única forma es o un referendo, una Asamblea Nacional Constituyente o una reforma constitucional. En mi criterio, si se hace una Asamblea, que lo más seguro es que el país vaya para allá, no le veo ningún inconveniente porque ahí tienen que participar la Rama Ejecutiva, la Judicial y la Legislativa. Habría que esperar qué va a hacer el Gobierno. A mi me gustaría que fuera una reforma constitucional.
– ¿Mantendría la capacidad de designar y elegir magistrados?
No. Me encantaría que no tuviéramos que elegir a nadie, qué bueno que solo sacáramos sentencias. Que no tuviéramos que fallar tutelas contra sentencias de otras Cortes. Qué bueno que todos los magistrados de las altas Cortes llegaran allí por méritos. Es decir, por un concurso público. Me meto en el debate.
– A ustedes los critican porque los elige el Congreso pero eso mismo pasa con la Corte Constitucional…
Claro. Nosotros tenemos origen político, nos elige el Congreso de la República. ¡Pero el Congreso también elige a los magistrados de la Corte, a la Contralora y al Defensor del Pueblo! Entonces, ¿porque tienen origen político todos tienen que renunciar? No, son hechos aislados. Las personas pasan y hay que darles oportunidad a las Instituciones porque actos de corrupción hay en todos los sectores.
– ¿Usted cree en la Comisión de Acusaciones, juez natural de los magistrados y aforados?
Lo que siempre he dicho es que no ha sido tan fuerte y tan evidente en muchos casos pero creo que tienen una gran oportunidad. No creo que haya que eliminarla sino reforzarla. ¿Qué propongo yo? Que esté conformada por abogados expertos en Derecho Disciplinario y Penal y que los acompañen magistrados que tengan un perfil bastante alto para que de verdad haya una confrontación jurídica entre el investigado y el investigador.
– Pero que permanezca en el Congreso o que sea una entidad aparte…
Sí claro. No podemos partir de la premisa de que cada que se equivoque un Alcalde o un Gobernador o un magistrado, inmediatamente hay que acabar con la Institución.
– En este caso la ciudadanía está pidiendo la renuncia, ¿no han pensado en hacerlo?
Yo cité a dos sesiones extraordinarias y el doctor Henry no se presentó por lo que propuse que se retirara del cargo para que pudiera asumir una defensa imparcial. Sobre la renuncia, yo no soy el competente para pedirla, él es un compañero más de la Sala. Creo que ese es un deber que él tiene como persona, es lo que la sociedad espera. No soy nadie para pedirle la renuncia.
– ¿El magistrado Villarraga ya explicó por qué no asistió a las sesiones?
No, no lo ha hecho.
– ¿Cómo recuperar la confianza en la Rama Judicial?
Los hombres pasan, las instituciones quedan. Tiene una gran responsabilidad el país, el Presidente de la República y el Congreso para que en las próximas magistraturas que se vienen miren bien a quién van a postular y elegir.
– ¿Está cansado, magistrado?
Ha sido duro. Casi no he dormido esta semana.
“Pedimos una política anticorrupción“: Gloria Borrero
– ¿Hay más corrupción en la Justicia?
No creo que haya más o menos porque no se denuncia en términos generales, pero es muy importante que salgan a flote los hechos de corrupción que vienen saliendo que esperemos sean juzgados de la manera más pronta y garantista. Pudimos constatar que hay mañas y ciertas etapas del proceso que presentan un riesgo como el reparto. Nosotros hemos abogado por una política para luchar contra ese flagelo y nunca la han sacado de manera expresa.
– ¿En qué podría consistir?
En canales efectivos para que la ciudadanía denuncie sin temor, que haya una adecuada calificación del desempeño de los jueces, que haya un mapa de riesgo y que se cierren espacios por donde puede haber corrupción como por ejemplo el tema del reparto (de los procesos) que se debe automatizar.
– ¿Valora la reacción de indignación de la ciudadanía?
Yo no veo que todo el mundo esté tan indignado. Yo no veo aún a una ciudadanía realmente levantada en contra de la corrupción, ojalá esto no sea flor de un día. Sé que esto va a mover a las altas Cortes y al Gobierno a favor de una política anti corrupción, a establecer un estatuto más estricto del juez y del abogado y espero que la ciudadanía reproche las prácticas corruptas y abusivas.
– Puede ser que haya cansancio porque se denuncia pero no pasa nada…
La gota ya rebasó la copa porque este es un hecho grave. La Comisión de Acusaciones ya hizo agua, es una instancia inadecuada en la que se está confundiendo política con justicia. Esa es una de las reformas pendientes y no salió a feliz término y esperemos que en esta oportunidad demuestre que sí podemos adelantar estos procesos de manera rápida y eficaz. Si no, lo que corresponde es la sanción ciudadana. Que la presión lleve a los corruptos a que se separen del cargo.
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