El mal no está en el Consejo, sino en la forma como se estructuró , dijo el magistrado Nilson Pinilla, presidente de la Corte Suprema, al advertir que esa institución requiere de hombres de empresa y no de seis magistrados encargados de asuntos gerenciales.
Qué hacer con el Consejo Superior de la Judicatura? Llegó la hora de reformarlo, acabarlo o fortalecerlo? EL TIEMPO consultó sobre el tema al presidente de la Judicatura, Gilberto Orozco; a Alfredo Fuentes, ex director de la Corporación Excelencia en la Justicia (CEJ) y decano de Derecho de la Universidad de los Andes y a Jaime Giraldo Angel, ex magistrado y ex ministro de Justicia.
Por lo pronto, la senadora Claudia Blum dijo ayer: El tema merece una revisión, pero de fondo porque hay demasiadas críticas. El común de la gente no está de acuerdo con ese esquema. No sé si acabarlo, pero hay que revisarlo .
Justicia debe mantener independencia Cómo ve las fortalezas y debilidades de la Judicatura? El Consejo Superior de la Judicatura ha realizado aportes significativos para mejorar el sector jurisdiccional de la rama: la organización de la carrera judicial, el mapa judicial, la preparación de estadísticas y evaluaciones de la productividad de las diferentes jurisdicciones y los primeros pasos en las actividades de la Escuela Rodrigo Lara de capacitación de jueces.
Sin embargo, la justicia sigue adoleciendo de serias falencias de congestión, atraso judicial y deficiencias en el servicio. Hacia el futuro se requieren cambios en el funcionamiento del Consejo para dar un salto adelante en productividad y calidad del servicio, sin que se pierda la independencia consagrada en la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia.
Cuáles cambios? La planeación de la rama sigue siendo fuertemente centralizada y con muy escasa participación de los jueces, lo que genera falta de confianza y de legitimidad política en sus actuaciones. Adicionalmente el Consejo no ha logrado comunicar y explicar lo que hace, ni a la rama ni al país. Hay que replantear y dar más responsabilidades a los Consejos Seccionales de la Judicatura y permitir una planeación de abajo hacia arriba con amplia participación de los funcionarios judiciales.
Y los magistrados? También es preciso replantear el perfil de los magistrados, exigiendo habilidades gerenciales y una profunda formación administrativa, necesaria para darle mayor dinámica a los muy lentos procesos decisorios y para mejorar el proceso de planeación y asignación de recursos de la rama.
Podría disminuirse el número plural de magistrados, al tiempo que se fortalece el papel de la Comisión Interinstitucional de la rama para superar la actual descoordinación y tensiones altamente inconvenientes entre las cortes.
Es una hazaña lo que hemos conseguido Cuáles son los principales logros de la Judicatura? La implantación de la carrera judicial, la profesionalización de los jueces, el mapa judicial, el control de gestión y rendimiento y el incremento de la productividad del aparato de justicia al ir de 600 mil sentencias en 1993 a más de un millón en 1999. Desde la Sala Administrativa hemos sido muy parcos y muy tímidos al mantener bajo una gran discreción el trabajo que hemos realizado a lo largo de 8 años. Podríamos calificar de hazaña lo que ha conseguido el Consejo Superior de la Judicatura.
Por qué hay sectores que ven a la Judicatura como un elefante blanco ? El Consejo Superior de la Judicatura ha logrado colmar en parte el anhelo de la ciudadanía que siempre reclamó una justicia pronta, cumplida, eficaz, eficiente y confiable. Hemos dado un gran salto.
Pero por qué dicen que es un elefante blanco ? Atribuimos ese ambiente refractario de la resistencia, que se ha ido superando, a la naturaleza misma de las atribuciones que nos ha conferido la Constitución y la ley. Somos el organismo responsable de la vigilancia judicial, del control del rendimiento de los jueces, del ejercicio del poder disciplinante; responsables también del manejo austero de los recursos. Desde luego la corporación que presido también vino a romper el esquema tradicional que imperaba en nuestro país asumiendo unos poderes y unas facultades que pueden generar alguna nostalgia en quienes los perdieron.
La Judicatura necesita reforma? El Consejo Superior de la Judicatura representa un modelo similar al que se ha desarrollado en otros países. El nuestro tiene un diseño constitucional y en nuestro sentir adecuado.
El Presidente de la Corte Suprema pide hombres reales de empresa para la Judicatura. Qué piensa? Las funciones de una corporación judicial no pueden ser confiadas a economistas ni a ingenieros. No se puede confundir la administración de una empresa con la administración de una función tan álgida y noble como es la de administrar justicia.
Cómo se explica entonces la posición del doctor Pinilla? Las opiniones del doctor Pinilla son opiniones que no consultan la opinión general de la Corte Suprema de Justicia.
En el Congreso hay voces que hablan del desmonte de la Judicatura? Conocemos la opinión de los dirigentes políticos de mayor ascendiente en el Congreso y hemos podido comprobar que esa no es la tendencia. La tendencia es al fortalecimiento del modelo de autogobierno de la Rama Judicial. Hay sí unas voces enemigas de la corporación que persiguen su destrucción, seguramente en el propósito de retroceder al viejo sistema de la parcela judicial que tanto daño hizo a la judicatura colombiana.
Es un desangre para el país Cuál es el aporte de la Judicatura al país? Ninguno.
Por qué? Es un órgano burocrático que genera una cantidad de costos innecesarios para la Rama Jurisdiccional. Su labor se cumplía, antes de la reforma de 1991, con los mismos funcionarios de la rama. Pienso que el costo del Consejo Superior y de los consejos seccionales es terriblemente elevado, prácticamente es un desangre para la justicia.
Por qué no apoya a la Judicatura? Porque tiene un mecanismo de operación sumamente equivocado. El Consejo Superior es el único órgano colegiado que tiene funciones ejecutivas, eso es un absurdo. Un órgano colegiado es para decisiones políticas o para control de la operación de un organismo. Sin embargo, aquí las decisiones ejecutivas se toman para comprar un edificio. Hay incluso salvamentos de voto en esas determinaciones.
El Presidente de la Corte Suprema pide hombres de empresa para la Judicatura. Qué piensa? Tiene razón. Se trata es de manejar los aspectos administrativos y no aspectos jurisdiccionales. Inclusive la misma Constituyente puso que para ser miembro del Consejo Superior tenía que ser abogado, lo que es un adefesio.
Cuál es su propuesta para manejar los recursos de la justicia? Desde el año 87 al 91 se funcionó muy bien con el esquema que existía que era un Consejo Superior integrado por las cabezas de la Rama Jurisdiccional y consejos seccionales también integrados por los jefes de los tribunales a nivel local. Así hay una participación real de la Rama Jurisdiccional en el manejo de sus destinos y, obviamente, es el único órgano que puede definir políticas, pues conoce su funcionamiento. A su lado, se nombra, como existía, un órgano ejecutor que es una gerencia liderada por un economista. Ese sistema funcionó muy bien durante tres años, pero después lo desmontaron.
Qué hacer entonces? Uno no entiende qué está pasando con la administración de justicia. Ahí debería mirarse con detenimiento porque me parece, según la Contraloría, que allí hay un desangre terrible con ese monstruo que crearon.
El abc de la Judicatura El Consejo Superior de la Judicatura está creado en la Constitución de 1991 y está dividido en dos salas: la Administrativa y la Disciplinaria.
La Sala Administrativa se encarga, entre otras tareas, de administrar la carrera judicial, dictar los reglamentos de administración y contratación, preparar el proyecto de plan general de la rama judicial, establecer índices de rendimiento de los despachos judiciales, llevar el registro de abogados y autorizar los contratos que deban celebrarse. Está conformada por seis magistrados elegidos para un período de 8 años así: dos por la Corte Suprema de Justicia, uno por la Corte Constitucional y tres por el Consejo de Estado.
La Sala Disciplinaria vigila la conducta de funcionarios y empleados de la Rama Judicial sin perjuicio de las investigaciones que adelanta la Procuraduría. Dirime los conflictos de competencias de las distintas jurisdicciones, resuelve impedimentos y recusaciones y conoce en única instancia los procesos disciplinarios que se adelantan contra magistrados de las cortes Constitucional y Suprema, el Consejo de Estado y el Fiscal General. También los casos de esa índole que se adelantan contra jueces y abogados. Resuelve los impedimentos y recusaciones de los Consejos Seccionales. La Sala Disciplinaria está integrada por siete magistrados elegidos por el Congreso para un periodo de ocho años de ternas enviadas por el gobierno nacional.
Los magistrados de la Administrativa son: Gilberto Orozco, Alfonso Guarín, Gustavo Cuello, Lucía Arbeláez, Carlos Marín y Julio César Ortiz.
Los de la Disciplinaria son: Leonor Perdomo, Jorge Flechas, Fernando Coral, Eduardo Campo, Temístocles Ortega, Guillermo Bueno y Rubén Darío Henao.