Este año el número de infractores conducidos por la autoridad va en 179.
Así lo plasma un informe sobre la criminalidad en la población infantil y adolescente realizado por la Policía Metropolitana de Cali, en el que manifiesta su preocupación por la delincuencia.
El documento indica que desde el 2003 a la fecha los delitos en que más incurren los jóvenes son homicidio, lesiones, violencia intrafamiliar, hurtos (en distintas modalidades), daño en bien ajeno, defraudación en los derechos de autor, porte ilegal de armas y tráfico de estupefacientes.
Para la autoridad policial resulta sorprendente la tenencia de armas (de fuego y blanca) entre los adolescentes. En muchos casos estas armas son hechizas como las llamadas ‘pachas’.
De un total de 15.954 armas sin permiso incautadas en los últimos cinco años en la ciudad, 7.619 le fueron encontradas a los menores de edad.
“Un promedio del 40% anual son incautaciones efectuadas a jóvenes”, expresó el general Gustavo Adolfo Ricaurte, comandante de la Policía Metropolitana.
De la misma forma en que ellos tienen una relación temprana con las armas, sucede en el caso de los alucinógenos.
Por lo menos así lo refleja la cantidad de estupefacientes hallados en manos de adolescentes, ya sea que su fin era para el consumo o para la venta. “Desde el 2003 se han incautado 28.430 gramos de marihuana. En menores cuantías, basuco, base de coca y cocaína”, añadió Ricaurte.
El informe policial indica que las comunas donde más se registran retenciones son la 13, 14 , 15 y la 16.
Los días de mayor frecuencia de los delitos son miércoles, jueves y viernes. Curiosamente los fines de semana no hay casi capturas.
Según Ricaurte, las horas en que ocurren los hechos son entre el mediodía y las 6:00 p.m. y las 6:00 p.m. y 12:00 p.m.
En cuanto al comportamiento registrado este año, Ricaurte subrayó una disminución en las cifras.
En febrero pasado un menor de 15 años participó junto a cinco adultos en el atraco a un banco en el centro de Cali. El joven portaba un arma.
“Los jóvenes no tienen conciencia de la responsabilidad de lo que hacen. En un cerrajería consiguen una ‘pacha’ por $100.000”. Investigador.
Mientras que entre enero y febrero del 2008 hubo 304 detenciones, en ese mismo periodo de este año la estadística llega a 179. Pero esta vez se ven implicados en delitos “nuevos” (que no aparecen en otros registros) como secuestro extorsivo, extorsión y estafa.
El mes pasado a un menor residente de Los Chorros le ofrecieron cien mil pesos para que ubicara un explosivo en la vía pública. Le adelantaron $20.000, pero el joven fue sorprendido por la Policía y luego “condenado” a tres meses.
Respecto a la situación jurídica de los 179 muchachos, 135 obtuvieron su libertad, a 6 les dieron la privación domiciliara, mientras que 33 fueron enviados al Centro de Formación Juvenil Valle del Lili y 5 están con libertad condicional.
El oficial reiteró en la problemática existente en el Valle del Lili que no cuenta con suficiente capacidad para albergarlos.
“Por ejemplo, de las 1.551 capturas que hizo la Policía en el 2008 sólo hubo capacidad de albergue para el 5,2%. En este momento hay un sobre cupo del 6%”, agregó el general Ricaurte.
El 78% de los adolescentes que están internos en Valle del Lili son de Cali, un 9% son de Palmira y un 5% de Buenaventura.
“Las faltas de oportunidades, el entorno y la crianza en hogares incompletos están llevando a que los jóvenes sean caldo de cultivo para los delitos. El primero que ellos cometen es contra el patrimonio económico, es decir, los hurtos. A este se le suma el que atenta contra la integridad física porque pueden terminar matando a la víctima. Así comienzan en el mundo de la delincuencia”, señaló un investigador de la Fiscalía.
“El juego se vive con armas”
“La etapa del juego los menores la están viviendo con armas de verdad. Empiezan a ser utilizados como campaneros por los delincuentes”, señaló Doris Tejeda, directora del Observatorio Social del Municipio.
Además del entorno que los rodea, muchos menores no tienen acceso al sistema educativo. Según el Dane, nueve mil adolescentes no van al colegio.
“Los jóvenes crecen en hogares donde incluso se acepta y se vive del delito”, añadió Tejeda.
Ante esta problemática social, la funcionaria señala que se debe fortalecer la familia y especialmente a las madres cabeza de hogar que son quienes llevan la batuta.
También se deben desarrollar programas como ludotecas para menores en los barrios y de apoyo sicosocial en las escuelas.
Otros datos
• Una disminución del 58% en los casos de fuga de adolescentes en el Centro de Formación Valle del Lili han logrado las autoridades policiales este año.
• El año pasado la Policía recapturó 202 menores de edad que escaparon de este centro, aprovechando las debilidades en la seguridad de la infraestructura.
• En la mayoría de las situaciones los muchachos fueron sorprendidos por los uniformados en los alrededores del Valle del Lili.
• Actualmente hay 52 casos de detenciones domiciliarias en el Valle del Lili, en las que la Policía pasa revista frecuente.
Cifras
• 10 jóvenes han sido capturados este año por homicidio.
• 82 menores de edad han sido encontrados con armas de fuego.
• 34 menores han participado en robos.
El País / 04 de marzo de 2009