LA EXISTENCIA de una estrategia de desprestigio contra la Corte Suprema de Justicia, dirigida a frenar la judicialización de los nexos entre políticos, paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes, fue denunciada ayer por el ex presidente Andrés Pastrana.

El ex mandatario conservador envió una carta al presidente del Alto Tribunal, magistrado Francisco Ricaurte, en donde no sólo reitera su respaldo irrestricto a la Corte, sino que llama al país a cerrar filas en torno a ella para garantizar la independencia judicial y la labor autónoma de los jueces con el fin de que se conozca toda la verdad sobre “este triste episodio de nuestra historia”.

En una crítica directa al gobierno Uribe, el ex jefe de Estado también advierte que no es momento de pensar en reformas a la justicia ni a las competencias de la Corte, e incluso da a entender que existen modificaciones con “dudoso objetivo”.

El respaldo de Pastrana a la Corte Suprema se da en momentos en que el Alto Tribunal denuncia la existencia de maniobras para impedir el avance del proceso de la parapolítica, e incluso anunció la semana pasada que no sólo pediría a la Procuraduría investigar a los altos funcionarios que estaban lanzando críticas y acusaciones temerarias contra los magistrados, sino que denunciaría esa clase de intimidaciones ante instancias internacionales.
El siguiente es el texto de la carta:

Señores
MAGISTRADOS
HONORABLE CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Att: Dr. Francisco Ricaurte
Presidente de la Corte Suprema de Justicia
Ciudad
Apreciados señores Magistrados:

Con enorme preocupación veo como desde distintos frentes se intenta entorpecer y obstruir la debida aplicación de justicia mediante ataques injustificados que parecen ser parte de una cuidadosa estrategia de desprestigio contra nuestra Corte Suprema de Justicia, con el único fin de evitar que se haga justicia y se condene a los responsables por la infiltración de los grupos paramilitares, guerrilla y narcotráfico en la vida política del país.

No es momento de pensar en reformas a nuestro sistema de justicia, a las competencias de la Corte Suprema o cualquiera otra clase de enmiendas. De nada sirve impulsar reformas con dudoso objetivo ni crear nuevas normas o cambiar las que hoy existen. Tampoco podemos permitir que oscuras confabulaciones amedrenten a nuestros jueces y magistrados.

Es el momento para que el país conozca a profundidad toda la verdad sobre este triste episodio de nuestra historia.

Solo con el respeto máximo por la justicia, con la aplicación de los actuales instrumentos del Estado de Derecho, con el respeto al debido proceso y con la acción certera de nuestras instituciones judiciales se logrará superar este episodio y proteger la democracia que tanto nos ha costado construir.

Por estas consideraciones, quiero reiterarles mi apoyo y mi irrestricta solidaridad y confianza en la labor que viene cumpliendo la Corte Suprema de Justicia para hacer cumplir la Constitución y la Ley en estos difíciles momentos por los que atraviesa el país e invito a mis conciudadanos a que cierren sus filas en aras de garantizar la independencia de nuestros jueces y magistrados en su sagrada tarea de administrar justicia.

En sus manos está la posibilidad de que en Colombia brille la verdad sobre tan oscuros episodios.
Cordialmente,
ANDRÉS PASTRANA A.

Responde el Gobierno

El Gobierno nacional respondió ayer mismo a las afirmaciones del ex presidente Pastrana sobre una presunta confabulación con el objetivo de amedrentar jueces y magistrados.

Aunque el ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio, no hizo referencia al ex mandatario conservador, si dijo que “las declaraciones sobre una presunta confabulación o conspiración de algunos sectores contra la justicia no dejan de ser afirmaciones temerarias, cuando sólo se limitan a crear una falsa percepción sin indicar los presuntos autores de un hipotético amedrentamiento a nuestros jueces”.

El Ministro reiteró que el Gobierno nacional le ha brindado todo el respaldo a la Corte Suprema de Justicia en las investigaciones que adelanta de políticos con grupos al margen de la ley.

El Nuevo Siglo / 21 de agosto de 2008