Luis Alfonso Hoyos había sido llamado a que rindiera su testimonio ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia por el caso que ese Tribunal estaba llevando en contra del senador Víctor Renán Barco por presuntos nexos con paramilitares del Magdalena Medio.

Después del primer interrogatorio y estando citado para el segundo, el Alto Consejero Presidencial puso una denuncia ante la secretaría de la Sala Penal, diciéndole a su presidente, Julio Enrique Socha, que el magistrado auxiliar que le había recibido su testimonio lo había tratado de una forma muy particular, al punto de llegar a incomodarlo y lo que fue el detonante para que pidiera para futuros interrogatorios “la presencia del señor Procurador Delegado en lo Penal”.

“Fui sometido a un interrogatorio con preguntas decididamente capciosas y sugestivas hasta el extremo que debí increpar en varias oportunidades al señor Magistrado Auxiliar, exigiéndole respeto, trato adecuado y transparencia propia de toda diligencia judicial y si que más tratándose de un testimonio que no admite de ninguna manera que sea direccionado en uno u otro sentido”, expresó en el documento Hoyos Aristizábal.

Además de eso, el Alto Comisionado denunció en el documento radicado el 23 de enero de 2009, que estaba citado a rendir su testimonio en el caso el 24 de enero, lo que significaba que debía acudir a la Corte un sábado.

“No dejó de causarme cierta perplejidad cuando observo que la fecha y hora señaladas correspondían a un día de total inactividad judicial”, anotó. Habrían llamado “de forma tardía” le informaron que debía ir el 23, pero sus compromisos se lo impidieron.

Finaliza el documento indicando que si le ponen una nueva cita, asistirá gustoso, pero que espera que se cuente con la presencia de un delegado de la Procuraduría.

El Espectador / 02 de febrero de 2009