Bogotá, 7 de mayo de 2020. A continuación, se realiza una transcripción del artículo publicado por El Tiempo. El texto y su imagen fueron tomados de su página web.
El beneficio de cumplir su condena en prisión domiciliaria que la Corte Suprema ordenó para un joven que fue condenado por deserción en 2018, luego de que abandonó su cargo en la Policía –en donde pagaba su servicio militar–, es uno de los más recientes en los que jueces han tenido en cuenta el decreto de prisión domiciliaria que adoptó el Gobierno en atención a la pandemia de coronavirus.
Empero, estos beneficios de casa por cárcel aún no son tan altos como se esperaría en una emergencia, dicen expertos. Hace más de tres semanas, el Gobierno expidió el decreto de excarcelación, pero hasta este jueves solo habían salido 351 presos, mientras que el Inpec había remitido a jueces 1.910 solicitudes.
Además, de acuerdo con Francisco Bernate, presidente del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, este decreto, diseñado para que personas especialmente vulnerables al virus salgan a casa por cárcel por los próximos seis meses, no cumplirá a la larga con el segundo propósito de la medida: ayudar a deshacinar las prisiones para evitar contagios masivos.
Bernate puso de presente el caso de la cárcel de Villavicencio, en donde en menos de un mes se llegó a más de 670 casos de coronavirus, y dijo no solo que el decreto está siendo muy lento, sino que llegó muy tarde, pues si hubiera empezado antes, tal vez podrían haberse evitado situaciones como esa.
Teniendo en cuenta que en tres semanas de decreto han salido 351 presos, se llega a un promedio semanal de 117 internos excarcelados. Si el ritmo sigue igual, harían falta por lo menos otras 34 semanas, más de 230 días, para llegar a la cifra de excarcelaciones que el decreto prevé, que el Ministerio de Justicia estimó en 4.000 personas.
Y si bien los datos varían y habrá semanas en las que salgan más o menos presos, para Juan Sebastián Hernández, investigador de Dejusticia, el tema de fondo es que es demasiado tiempo en medio de una pandemia que no da esperas, y añadió que aún si se llega a 4.000 excarcelaciones, esto no tendrá mayor impacto en la sobrepoblación carcelaria de Colombia, que hoy llega a 36.024 personas.
Hernández recalcó que una de las prioridades para manejar la pandemia es reducir al máximo el hacinamiento, por lo que es prioritario analizar otros mecanismos de liberación, por ejemplo, que los jueces puedan agrupar casos similares y fallarlos simultáneamente, en lugar de tomar decisiones caso a caso.
De otra parte, hoy en el país existen 155 juzgados de ejecución de penas, que son los que tienen la mayor carga de las excarcelaciones por el decreto, por lo que, indicó Bernate, la sobrecarga que hoy hay en estos juzgados “es inhumana” ya que estos jueces no solo están atendiendo las solicitudes por el decreto del Gobierno, sino sus responsabilidades ordinarias.
Por su parte, el director de la Corporación Excelencia en la Justicia, Hernando Herrerra, opinó que si bien faltan medidas para que la excarcelación de presos sea más expedita, en estas determinaciones también se debe garantizar que se mantenga la seguridad pública “que una gran excarcelación masiva podría afectar”.
En todo caso, Herrera dijo que el Gobierno debe buscar cómo acelerar los trámites de excarcelaciones para salvaguardar la salud y la vida de los presos, “tendría que haber una especie de fast track de estos trámites, porque el Estado no puede sacrificar las vidas de nadie; y la población reclusa, independientemente de sus condenas, tiene y merece todos los derechos, y el más importante es el derecho a la vida”.
Precisamente para ayudar a agilizar los procedimientos de excarcelación por el decreto, el Consejo Superior de la Judicatura creó más de 140 cargos temporales para reforzar los juzgados de ejecución de penas.
No obstante, estos cargos solo van, por el momento, hasta el 30 de mayo, pero para los expertos es improbable que en el ritmo actual en un mes ya se hayan tramitado todas las excarcelaciones. Y esa eventual disminución del personal podría convertirse en otro cuello de botella para que privados de la libertad salgan de prisión mientras pasa la pandemia por covid-19.
En todo caso, los expertos coincidieron en que se necesitan acciones que tengan un impacto más a largo plazo, como construir más cárceles, para aliviar el hacinamiento más allá de las medidas de urgencia que se han tomado por la pandemia.