En La Modelo de Bogotá hay un ‘combo’ de italianos al que se le han unido argentinos, mexicanos, alemanes y hasta holandeses.
 
Y en El Buen Pastor una de las internas más conocidas es una malaya, a la que sus compañeras llaman ‘Endry’. Ella ha reconocido abiertamente su homosexualidad.

La mujer que, al igual que los italianos, aprendió español en la cárcel, fue detenida en el 2007 cuando la Policía halló droga en una de sus maletas. Un juez la condenó a cinco años.

Estos extranjeros pasan sus días en prisión realizando actividades artísticas o de enseñanza, con las que reducen la pena. Por ejemplo, en Pereira un español aprovechó su experiencia como bombero y creó, con el apoyo de la dirección de la cárcel, un grupo de primeros auxilios.

‘Usados como mulas’

La Policía Antinarcóticos dice que la presencia de extranjeros en las cárceles se debe a que bandas de tráfico de droga los convencen para que saquen cocaína hacia Europa y Estados Unidos.

El general Álvaro Caro Meléndez, comandante de la Policía Antinarcóticos, asegura que las organizaciones creen que los extranjeros no generan sospechas. “Los envían como turistas, les pagan tres días en un buen hotel y los convencen para que se regresen con la droga: ya sea en maletas de doble fondo o como ‘mulas'”, explica el general.

En lo corrido del año la Policía ha capturado en el aeropuerto Eldorado a siete extranjeros de México, España, Brasil y Holanda; el año pasado detuvieron a 135 en todo el territorio nacional; y en el 2007 fueron 203.

Visitas de consulados

Estos ciudadanos presos, dice la directora del Inpec, Teresa Moya, reciben un trato igual al de un interno colombiano. No tienen un pabellón especial, pues representan el 0,55 por ciento del total de los internos.

La única diferencia es que entre sus visitas no reciben a familiares sino a diplomáticos de los consulados que en ocasiones les brindan acompañamiento jurídico.

El jueves pasado, Cancillería, Inpec y diplomáticos formalizaron un protocolo para facilitar la visita de representantes de 68 consulados a las cárceles. La idea es garantizar que los extranjeros reciban apoyo de sus países, como asesoría jurídica y elementos de aseo, entre otros.

Colombianos en otras cárceles

Colombia también tiene un significativo número de presos fuera del país. Un dato de la Cancillería señala que cerca de 20 mil permanecen detenidas en 50 países.

El 55 por ciento están condenado por delitos relacionados con narcotráfico.

Estos colombianos muchas veces deben sobrevivir sin hablar el idioma, pues hay internos en China, Tokio, Tailandia y Estados Unidos, entre otros.

Colombia tiene un convenio de repatriación con Venezuela, Panamá, Ecuador y España.

El Tiempo / 16 de febrero de 2009