Al apartarse de la discusión en diciembre pasado, el Consejo de Estado y la Corte Suprema alegaron que lo aprobado no solucionaba grandes problemas como el acceso a la justicia y que, de paso, el Poder Judicial perdía autonomía.
Sin embargo, para la directora de la Corporación Excelencia en la Justicia Gloria María Borrero, no hay razones suficientes para que las Cortes se hayan retirado. Considera que esta iniciativa es susceptible de mejorarse en los debates que restan y que es necesario para ello escuchar la voz de los tribunales…
Aunque, añadió, no hay reforma que valga si la Rama Judicial no hace un autoexamen sobre los problemas que vive en su interior.
EL NUEVO SIGLO: ¿Con lo hasta ahora aprobado en la primera vuelta, estamos frente a una reforma o a una reformita?
GLORIA MARÍA BORRERO: Yo creo que es una reforma; que estemos en algunos puntos de acuerdo con ella y en otros no, no quiere decir que le descalifiquemos el término de reforma. Somos conscientes de que no todo se puede modificar por Constitución, que muchas cosas corresponden a la ley y otras a la simple gestión. Entonces lo que se pueda modificar por la Constitución, pues ahí hay cosas, otras hay carencias.
ENS: Tras el primer debate algunos parlamentarios pidieron al Gobierno retirar este proyecto y en el cuarto debate también lo hicieron asociaciones de jueces. ¿Hoy qué piensa usted?
GMB: La Corporación siempre ha creído que hay que hacerle ajustes a la Constitución y también hemos creído que durante los debates se pueden hacer. Hay unas cosas que han modificado, otras que no, pero yo creo que esta reforma no se debe retirar, yo creo que se debe mejorar.
ENS: ¿Ve factible que las Cortes vuelvan a la discusión del proyecto?, ¿se puede aprobar una reforma a la Justicia sin los altos tribunales?
GMB: Claro que sí se puede aprobar, el que la aprueba es el Congreso de la República, y en ninguna parte dice que eso tiene que hacerse con participación de las Cortes. Lo que pasa es que el Presidente ha querido lograr esos consensos, e indudablemente las reformas se aplican en mejor forma si han participado las Cortes, pero las Cortes lo único que tienen que hacer es cumplir la Constitución y la Ley.
ENS: Las Cortes apoyaron el proyecto radicado por el Gobierno en el Congreso, pero se retiraron en los primeros debates tras algunas modificaciones. ¿Es incompresible su actitud?
GMB: Yo creo que es natural. Lo que pasa es que ellas también tienen que ser conscientes de que en la vida uno no se las gana todas. Y le quiero contar una cosa: el presidente Uribe con la comisión de expertos también incluyó allá a magistrados de las altas Cortes, y durante todo el tiempo que duró esa comisión, que la lideró el ex magistrado Bonivento, las Cortes hacían presencia, pero al final nunca respaldaron el acuerdo de esa comisión.
Estuvieron también participando en todo este primer año con el Gobierno, y daban sus opiniones personales pero no institucionales, o sea nunca pudimos contar con la opinión de ellas. Y cuando se presentó, acuérdese que ellos de manera paralela presentaron otro proyecto, que fue el radicado por el Consejo de Estado, o sea que esa fue la única voz formal que hemos oído y las que se han oído de los Presidentes en los diferentes debates.
Yo creo que ellos no se deben desvincular, ojalá vuelvan, ojalá sigan hablando, y cuando no se les dé la razón pues no se pueden retirar, ese es el juego de la democracia.
ENS: ¿Cómo ha visto el papel del ministro Esguerra frente a este proyecto y la relación con las Cortes? Él ha estado en una segunda etapa, pues la primera la manejó Vargas Lleras…
GMB: Yo creo que hay una relación tranquila, por lo menos no se ven esos enfrentamientos que se veían en el pasado. Indudablemente hay problemas, no hay unos buenos entendimientos, y creo que este proyecto es de Vargas Lleras más que del ministro Esguerra, y el doctor Esguerra está cumpliendo con el deber de ser parte de un gobierno e impulsar una reforma que es del gobierno de Santos. Pero yo estoy convencida de que si el ministro Esguerra hubiera estado desde el principio, la reforma hubiera podido ser un poco diferente, tendría como su marca.
Pero esta reforma él la encontró y está haciendo lo posible para salvarla, vamos a ver qué queda de eso. Yo creo que hay que modificarle muchísimas cosas, no estoy de acuerdo en todo. Daremos nuestra opinión antes del quinto debate, a ver qué sucede; ojalá seamos oídos, pero si no nos oyeron, pues eso fue lo que dijo la democracia, y de pronto vamos a quedar en otras cosas peores a las que estamos y en otras un poco mejor, pero esa es la democracia.
ENS: ¿Cuál sería la marca que le hubiera dado Esguerra a este proyecto?
GMB: Yo creo que él se hubiera referido a la tutela, yo creo que él hubiera puesto el tema de precedentes, yo creo que él hubiera metido lo de la colegiatura obligatoria, él está obsesionado con el tema de los abogados, y yo creo que desde la Constitución hubiera puesto esa marca.
ENS: Las Cortes dicen que el Poder Judicial está perdiendo independencia con este proyecto de reforma…
GMB: No, aquí eso de la pérdida de independencia que hay es un caballito de batalla, pues la única es que dicen que el Ministro no puede hacer parte de la Sala de Gobierno, pero entonces esa es una instancia que se puede aprovechar para hacer articulación con las otras Ramas del Poder Público.
Muchas veces yo misma les he oído a muchos presidentes de Cortes y magistrados que necesitan como una interlocución más estrecha con el Gobierno, si eso es perder independencia… Pero el Ministro ni siquiera va a nombrar, el Ministro no tiene voto, el Ministro no tiene nada, eso para mí no es una pérdida de independencia.
Y es que además, lo que hay que respaldar y lo que hay que fortalecer es la independencia del juez cuando falla. La autonomía de la Rama Judicial fue un camino por el que fue Colombia, que ya nos lo ganamos, pero la autonomía de la Rama Judicial no termina siendo necesario. Mire, en países con democracias mucho más sólidas que las nuestras y más desarrollados, la administración de la Rama la hace el Ejecutivo o las entidades territoriales, y esa no es un pérdida de independencia del juez; lo que hay es que fortalecer una buena carrera judicial.
ENS: Pero en lo aprobado se les quita a las Cortes la facultad nominadora del Contralor General, Procurador General y Defensor del Pueblo…
GMB: Lo que pasa es que ellos mismos y en la comisión de Bonivento decían quítennos esas facultades, y ellos mismos decían quítenles las facultades a esos Consejos seccionales porque eso está abriendo la puerta a la politización de la Justicia. Se las quitan y ahora se quejan.
Yo tengo una opinión; yo creo que se le pueden quitar siempre y cuando revisemos en conjunto el tema de pesos y contrapesos. ¿Cuál es el Estado que queremos en Colombia?, ¿un Estado más presidencialista, un Estado más parlamentario?, esa discusión no la hemos dado.
Entonces les estamos quitando unas facultades y les estamos dando esas facultades a otras personas, y como que no hemos meditado en el tema de pesos y contrapesos, pero indudablemente parecería que gran parte de la politización de la Justicia se debe a que tienen ese poder de nominación o de nombramiento de unos cargos que son políticos.
Pero la mayor politización de la Justicia la tienen ellos a nivel interno, o sea en esa gran familia judicial hay una gran politización; ahí sí que hay burocracia, ahí sí que se nombran personas para satisfacer apetitos burocráticos. Ese tema de la politización de la Justicia no es solamente por eso, es por mucho más.
ENS: ¿Independiente de la reforma, la Justicia tiene que hacer un autoexamen?
GMB: Yo creo que sí, eso fue lo que yo propuse en una entrevista que me hicieron a finales del año pasado, que no hay reforma a la Justicia que valga si no hay dos premisas fundamentales: primero, un mea culpa, un acto de contrición en decir ‘reconocemos nuestros errores y vamos a fortalecer nuestra Justicia y vamos a evitar esas prácticas que nos han llevado a la Justicia que hoy tenemos’. Y la otra cosa es la responsabilidad tanto del gobernante como de las altas Cortes de designar en los altos cargos de la Justicia y en el cuerpo de jueces a las mejores personas.
Hemos sido muy laxos y hemos llevado a esos altos cargos personas que no tienen los requisitos ni el perfil.