Antes de la gran crisis institucional derivada del hundimiento de la Reforma a la Justicia, que dejó en máxima tensión y resquebrajadas las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, el Gobierno terminaba de recomponer su gabinete y las cuotas políticas de la Unidad Nacional.
Con la llegada de Federico Renjifo al ministerio del Interior, el partido de La U se consolidó como la colectividad con mayor participación dentro del Gobierno, distribuida en: ministerio de Defensa, de Salud, Comercio Exterior, Transporte, y dependencias como las altas consejerías para la política, la seguridad ciudadana, la secretaría general de la Presidencia y el Sena.
No obstante, tras la crisis institucional, fue uno de los partidos que más criticó la actitud del Gobierno en la Reforma y ya se pide reestructuración tanto de las relaciones con la Unidad Nacional, como del gabinete.
El senador Roy Barreras advirtió que hay “un problema de comunicación” entre el Gobierno y el Congreso, pero “por encima de las individualidades” de las cuotas políticas, se tiene que salvar el propósito del Gobierno.
Los conservadores, quienes dominan el campo económico en el Gobierno, encabezado por los ministerios de Hacienda, Minas y el programa encargado de implementar el TLC con Estados Unidos, a lo que se suma la cartera de Educación, son más duros con los resultados de la crisis.
El director del Partido Efraín Cepeda anunció que no volverán a aprobar leyes sin ser asesorados y piden ministros más expertos en el área política.
“Tendremos revisiones al extremo, asesores cuidadosos, o que el gobierno tenga un vocero calificado que nos diga qué quiere que votemos y que no”, expresó el Senador.
En ese mismo sentido se mueve Cambio Radical, que tiene cuotas en el ministerio de Vivienda, la alta consejería para las regiones, la secretaría para la transparencia y las superintendencias de Puertos y Notariado. Desde ya la colectividad estudia apartarse de la agenda del Gobierno para el próximo semestre.