La razón de este otro pulso es simple: no se trata solamente de elegir a un magistrado y llenar una vacante, sino de un voto adicional que llegaría a la Corte y terminaría por desequilibrar las fuerzas en la elección del Fiscal General de la Nación. Por lo tanto, nadie corre riesgos y la silla 23 permanece vacía.
En la votación del jueves pasado participaron 21 de los 22 magistrados. En la primera ronda, Margarita Cabello obtuvo cinco votos; Camilo Ospina (en la foto), cuatro.
El consejero de Estado Marco Antonio Velilla (en la foto) obtuvo tres votos y hubo ocho votos en blanco y uno nulo.
Después de la primera ronda se enfrentaron los dos primeros. Cabello (en la foto) obtuvo ocho votos y Ospina, tres. Hubo diez votos en blanco. Y por último, los dos de manera independiente se midieron con el voto en blanco: Cabello obtuvo diez frente a once votos en blanco, y Ospina, once frente a diez en blanco.
Con esos 22 votos, la Corte volverá a votar esta semana la terna para Fiscal. Y si bien es un avance frente al suspenso de los últimos meses, la elección está lejos de resolverse. Mucho menos puede hablarse de favoritos.
El jueves pasada hubo cuatro rondas de votación con resultados poco concluyentes (ver pies de foto). Varios analistas consultados por La Silla Vacía coinciden en señalar que, por un lado, es muy diciente que el voto en blanco esté ganando y, por el otro, que la primera votación de la serie es la más relevante. Allí la ganadora fue Margarita Cabello con apenas cinco votos, cuando necesitaría más del triple (16) para salir elegida.
“Es la primera vez que en la elección del Fiscal dos terceras partes de los magistrados están votando en blanco”, opina el abogado penalista y columnista Ramiro Bejarano, “eso significa que no hay un favorito, pero además es un mensaje muy fuerte de la Corte”. Para Bejarano, si los votos en blanco llegan a 16 la Corte estaría diciendo en la práctica que ninguno de los tres candidatos sirve.
Y si la cifra mágica de 16 no llega a favor de algún candidato, y las votaciones siguen sin parar, “eventualmente el Gobierno tendría que replantear el tema”, dice Gloria María Borrero, directora de la Corporación Excelencia en la Justicia, quien también considera que en el proceso la Corte no ha sido trasparente frente al tema de la inviabilidad.
Los bloques en la Corte
Más allá de los candidatos, las votaciones evidencian la existencia de varios bloques en la Corte. Algunos con una posición dura frente al presidente Uribe; otros moderados, y unos blandos que apoyarían la elección pronta del candidato del presidente Uribe (ver recuadro abajo). Es decir, de Camilo Ospina.
Quienes han planteado una posición dura frente al Gobierno no pueden ser clasificados como simples anti-uribistas. Su posición obedece a diferentes factores.
Consideran que con esta elección, la independencia de la Rama Judicial y de la Fiscalía está en juego. En el fondo, su mayor preocupación es el equilibrio de las ramas del poder público, que quedaría comprometido con un Fiscal de bolsillo del Ejecutivo.
También creen que varias investigaciones que afectan directamente a este Gobierno quedarían frenadas, como la parapolítica, las ejecuciones extrajudiciales, las ‘chuzadas’ y la ‘Yidis-política’. Algo que no se ha dado en este tiempo de interinidad. De hecho, el vicefiscal encargado Fernando Pareja estaría próximo a tomar una decisión en el caso del ex ministro del Interior Sabas Pretelt de la Vega y la ‘compra’ de la primera releeción.
Por último, el bloque duro tiene muchas reservas frente al nombre de Camilo Ospina. No sólo por su cercanía al gobierno, sino por su supuesta amistad con Víctor Carranza, el zar de las esmeraldas, que tiene varios procesos en curso en la Fiscalía y fue pedido en extradición por el juez español Baltazar Garzón.
A partir de las votaciones y de consultas hechas por La Silla Vacía, ocho magistrados harían parte de esta tendencia dura, entre ellos el hasta ayer presidente de la Corte Augusto Ibáñez; el presidente encargado Jaime Arrubla, y el magistrado César Julio Valencia, a quién Álvaro Uribe denunció por calumnia y con quien luego trató de conciliar. En este bloque no sólo se rechazaría la candidatura de Camilo Ospina, sino también, de parte de algunos, hay reticencia a elegir al nuevo Fiscal con la incertidumbre de la segunda reelección.
En la línea moderada, de magistrados que estarían dispuestos a votar la terna y elegir al nuevo Fiscal, estarían Francisco Javier Ricaurte y Sigifredo Espinosa. Y en la línea blanda frente al Gobierno está el grupo que apoyaría la elección de Camilo Ospina. Entre ellos estarían Elsy del Pilar Cuello y José Leonidas Bustos.
Por último, habría otro grupo de indefinidos, que se moverían en una u otra dirección. Aún así, sumando éstos votos no se llegaría a los 16.
Naturalmente, no son los únicos factores que entran en juego. Las negociaciones entre los magistrados y los candidatos, de las que poco o nada se sabe, pueden inclinar la balanza. Igualmente, el origen de los magistrados. Por ejemplo, se dice que el ‘bloque costeño’ apoyaría a Margarita Cabello o, incluso, llegarían a formarse bloques a partir de las universidades de las que provienen los magistrados.
En la sala plena del jueves se retomará esta votación y también empezará la elección del nuevo Presidente del tribunal. Una elección en otros tiempos protocolaria e invisible para la opinión pública, pero que esta vez hará parte del pulso que libra la Corte Suprema, consigo misma y con el Gobierno, por el sucesor de Mario Iguarán.
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