HOY LA Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia elegirá al nuevo presidente de la Corporación, que reemplazará a Francisco Javier Ricaurte, quien finalizó su período de un año en el cargo.

Este año le corresponde ocupar dicho cargo a un magistrado de la Sala Penal, pues el año pasado fue designado Ricaurte, de la Sala Laboral.

Fuentes de la Corte Suprema le contaron a EL NUEVO SIGLO que los aspirantes más fuertes para ocupar la presidencia son el actual vicepresidente de la entidad, Javier Zapata Ortiz, y el ex presidente de la Sala Penal en el 2007, Alfredo Gómez Quintero.

Zapata Ortiz llegó a la Corte desde la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín, en reemplazo del magistrado Herman Galán. Fue elegido vicepresidente de la Corte y llegó a la Sala sorpresivamente pues no era el favorito en esa elección, que fue respaldada por los magistrados Yesid Ramírez Bastidas y Luis Javier Osorio. Él es de filiación conservadora.

Javier Zapata es recordado por defender enérgicamente a la Corte Suprema de Justicia cuando se rumoró que el ex jefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, y otros antiguos líderes de las Auc supuestamente habrían sobornado a varios magistrados para designar a Mario Iguarán como fiscal general.

En un comunicado presentado en ese entonces, el vicepresidente de la Corporación la defendió y aseguró que “sus actuaciones están y han estado siempre regidas por la moralidad y la legalidad, que son juramento y sustento del estado constitucional de derecho”.

El magistrado Zapata también lideró en Cali el acuerdo establecido entre las altas Cortes y el Gobierno para sacar adelante las funciones normales del Palacio de Justicia de la capital del Valle, después del atentado que sufrió en el 2008.

Por su lado, Alfredo Gómez Quintero, que es conocido por su pensamiento radical, es abogado de la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga y llegó a la Corte en reemplazo del magistrado Carlos Gálvez. Fue magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bucaramanga y es quien mejor maneja las audiencias públicas de la Sala Penal. También es de filiación conservadora.

Gómez Quintero es recordado porque cuando era presidente de la Sala Penal, rechazó tajantemente las declaraciones del presidente Uribe en las que dijo que los magistrados de la Sala tenían un sesgo ideológico al no aceptar que los paramilitares desmovilizados sean considerados como delincuentes políticos.

El magistrado Alfredo Gómez dijo en ese entonces que “la censura grave y peligrosa formulada por el señor Presidente de la República con respecto al proceder de la Sala Penal, no guarda coherencia con su invitación al diálogo y a la colaboración armónica de las ramas del poder público (…) y que el Alto Tribunal no hace distinciones entre guerrilla y paramilitares al momento de emitir las sentencias”.

Gómez Quintero también ha dicho que los problemas que actualmente afronta el proceso de paz entre el Gobierno y las autodefensas obedecen a los vacíos que quedaron en la Ley de Justicia y Paz.

El que sea elegido como presidente de la Corte Suprema de Justicia heredará las controversias que en los últimos años han surgido entre ésta y el presidente de la República, Álvaro Uribe, por el proceso de la parapolítica.

Sin embargo, como se ha reseñado, ambos aspirantes han defendido la función de la Corte Suprema de Justicia como órgano de cierre de la justicia ordinaria y su independencia de los demás poderes del Estado.

El Nuevo Siglo / 22 de enero de 2009