La Corporación Excelencia en la Justicia (CEJ) llamó la atención sobre las expectativas que puede generar la implementación de la oralidad en la fase de ejecución de penas, como lo contempla el proyecto de reforma al Código Penitenciario y Carcelario.

De acuerdo con la CEJ, el principal valor de la oralidad es facilitar el cumplimiento de principios como la publicidad, la inmediación y la concentración, y no la agilidad y la eficiencia, como comúnmente se entiende.

La organización destacó la necesidad de tener en cuenta las dificultades para contar con la asistencia de los actores procesales y coordinar las agendas. A esto se suma el desgaste que genera el hecho de que aquellos se concentren en la lectura de documentos durante las audiencias.

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