El nuevo presidente de la Corte Constitucional, en entrevista con Yamid Amat, sostuvo que el alto tribunal a su cargo será “revolucionario” y hará cumplir el sentido social de la Carta Magna.
Yamid Amat: ¿El hecho de que usted haya sido presidente de la Corte Suprema y ahora lo sea de la Constitucional, permitirá superar el llamado ‘choque de trenes’?
Nilson Pinilla: No tiene sentido que quienes debemos resolver los conflictos los estemos creando. Ya hay un acuerdo en el sentido de que cuando se vaya a revisar por tutela una sentencia lo haga la Sala Plena y no una simple sala de revisión de 3 miembros.
¿Cuál de las cuatro altas cortes está cediendo?
En todas hay un proceso de autorregulación y se va a superar el mal llamado ‘choque de trenes’. Simplemente, hay que respetar las competencias de cada uno de los órganos judiciales.
¿Entonces, la Corte Suprema ya aceptó tutelas contra sus sentencias?
Las salas Penal y Laboral de la Corte Suprema ya envían a la Corte Constitucional las tutelas contra sus sentencias, a diferencia de lo que ocurría antes.
El ‘choque de trenes’ está, pues, llegando a su fin…
Sí.
¿Cómo aceptó la Corte Suprema someter a revisión sus sentencias?
Es un imperativo constitucional que esa Corte es el órgano máximo de la jurisdicción ordinaria y que la Constitucional lo es de la jurisdicción constitucional, que incluye lo relacionado con las tutelas.
Usted va a presidir una Corte Constitucional nueva. La que termina fue una Corte que se caracterizó por tener un gran sentido social. ¿Esa posición se va a mantener?
Se va a mantener y se va a fortalecer. En todos los nuevos magistrados aprecio una profunda conciencia social. Ese es un clamor general. Lo dijo el Presidente de Estados Unidos en su posesión: No se puede seguir gobernando para el bienestar de los ricos, porque los ricos tienen bienestar; hay que llevar el Estado a quienes no tienen alimentación suficiente, ni cobertura de salud, ni fácil acceso a la educación, ellos son quienes necesitan la presencia del Estado y a ellos los protege la Constitución. Al Estado Social de Derecho hay que tomarlo en serio y llevarlo a donde no se atienden las necesidades primarias. Le anticipo: Voy a tratar de que el encuentro de la jurisdicción constitucional que se ha hecho en Cartagena, Bogotá y Medellín, se haga ahora en un centro de conflicto: Barrancabermeja.
¿Por qué Barrancabermeja?
Coincide con que es mi pueblo pero creo que es donde más caracterizadamente se puede llevar el mensaje de lo que se debe hacer con las comunas, con la gente pobre, donde la Constitución ha brillado por su ausencia. Es un centro donde se resuelven los asuntos por medios violentos.
Mientras haya injusticia social, no puede haber paz. Vea Cartagena. Un centro de su enorme riqueza no puede tener a un kilómetro de Castillo Grande, de El Laguito, y del centro amurallado, la miseria de El Pozón, de Olaya, de Nelson Mandela, de Bocachica.
¿Ese carácter social de la Corte, no equivale a cogobernar?
Si el gobierno y el Congreso no lo hacen, la justicia tiene la obligación de realizarlo. La Constitución está por encima del Congreso y del Gobierno y si éstos no actúan la Corte tiene que hacerlo. Y lo vamos a hacer. No es cogobernar, ni mucho menos, porque respetamos la separación de poderes, es inobjetable: la Constitución hay que aplicarla, y si el Gobierno no la atiende, como debe hacerlo, para eso están las cortes.
¿Pero, concretamente, qué hará la Corte?
Proteger y hacer cumplir los derechos de las personas que sufren condiciones de especial debilidad: los desvalidos, los niños, la mujer embarazada, los trabajadores frente al empleador, los discapacitados. Se hará cumplir la sentencia sobre atención a los desplazados. El ejecutivo tendrá que dar los recursos suficientes para ellos.
En alguna ocasión dijo que también fue desplazado. ¿Por qué?
Mi familia vivía en Barrancabermeja: mis padres y sus siete hijos. El 9 de abril de 1948 a raíz de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán hubo una gran revuelta en Barrancabermeja y llegaron a mi casa; buscaron a mi padre que era un ganadero. El no tenía ninguna participación política. Lo hallaron y lo asesinaron; destruyeron la casa; nosotros nos escondimos. Mi mamá se protegió, se escondió con sus siete chiquitos, la mayor de 12 años, el menor de un año, que era yo. Después de varios días, nos llevaron ocultos en una volqueta hasta Zapatoca. Yo asocio esa situación con un desplazamiento porque perdimos la casa y todo fue destruido; todo fue saqueado. Fui el primer desplazado. Lo único que quedó fue un turpial….un turpial que se voló de la jaula en el asalto…. Días después, regresó. Un vecino lo encontró y se lo llevó a mi mamá. Fue lo único que nos quedó: el turpial…
Lo advierto conmovido…
Eso de que la violencia trae más violencia no necesariamente es cierto; la violencia frente a la grandeza de la mujer colombiana puede traer la sublimación que trajo en mi caso, por las enseñanzas que siempre nos dio mamá: hay que amar, nunca odiar. Cuando le preguntamos qué había ocurrido con papá, ella, de pronto preocupada porque pudiéramos tener ideas locas nos dijo: “Déjenle todo a Dios”.
¿Por esta historia será un abanderado de desplazados?
Lo soy. Pero no por mi historia que es un asunto personal. Porque el Estado les debe proveer medios de subsistencia mientras puedan volver a integrarse.
¿Cómo aspira a que el país identifique su gestión?
Espero que el país sienta una Corte propia. Seremos una corte revolucionaria; en el mejor sentido de revolución; revolucionaria para el bien, por la paz. Sí, somos una Corte revolucionaria en el sentido de que las cosas no pueden seguir igual en Colombia. Hay que buscar la justicia social como un mecanismo hacia la paz.
¿Usted diría que ese es un principio conservador?
Soy conservador de familia, y a mi padre lo asesinaron simplemente porque era conservador y porque estaba ahí y había que matar a alguien. Mis ideas se conocen a través de la jurisprudencia. Yo tengo fama de ser godo. En la forma como actúo pueden hacer la comparación de si realmente merezco ese calificativo.
Pero alguna vez, un hombre de izquierda, que fue presidente de esta corte, el ex Magistrado Carlos Gaviria, dijo que a la Corte Constitucional había llegado el peor enemigo de la Corte Constitucional, refiriéndose a usted. ¿Cuál es su opinión?
El tiene esa idea porque yo, estando en la Corte Suprema, combatí mucho las invasiones jurídicas desde la Corte Constitucional y muchas decisiones que se tomaron por razones partidistas, por razones de conveniencia para ciertas tendencias. En su momento hubo decisiones que la Corte Constitucional nunca ha debido tomar. No se entendería cómo mis colegas me encomendaron ese honor tan grande de representar a la Corte Constitucional, si fuera su enemigo. Son las fantasías que muchas veces se construyen frente a la tesis de que soy muy godo.
¿Qué decisiones dice usted que la Corte Constitucional no ha debido tomar?
Mire: la Cámara precluyó a favor del ex presidente Samper la investigación por la posible recepción de dineros del narcotráfico en su campaña. Se presentaron entonces denuncias por prevaricato contra los 109 representantes . La Corte Suprema inició la investigación con pleno ceñimiento al debido proceso, pero una tutela alegó la inviolabilidad de los parlamentarios. En la Corte Constitucional hubo dos tesis: la de quienes estaban de acuerdo con la tutela y la de quienes sostenían que si bien los parlamentarios eran inviolables, también era valido que debían responder por sus delitos si los cometen. La Corte Constitucional, por 5 votos contra 4, falló que los parlamentarios eran inviolables y paró la investigación de la Corte Suprema. Eso no ha debido hacerlo jamás.
¿Quiénes fueron los ponentes de esa sentencia?
Los magistrados Carlos Gaviria y Alejandro Martínez.
Usted estaba en la Corte Suprema. ¿Hubo prevaricato de los representantes ?
Sería prevaricato, pero nadie sabrá si lo cometieron o no, porque no hubo proceso. Si no hay justicia oficial, quedan las dudas ante la historia.
El nuevo Procurador ha dicho que le va a quitar a la Procuraduría la función de vigilar a los parlamentarios. ¿Qué le parece?
Es una iniciativa sensata. Él piensa que investigar y de pronto sancionar y vigilar a quienes participaron en su elección puede condicionar un poco la independencia e imparcialidad del Procurador. Es una idea digna de análisis. Le voy a preguntar algo de imprudente que soy: ¿Cuántos procesos disciplinarios adelantó el procurador Edgardo Maya, contra congresistas?
¿Cuántos, según usted?
Lo invito a constatarlo. No cuántos procesos disciplinarios adelantó sino cuántas decisiones disciplinarias profirió contra congresistas.
El conservatismo está ocupando hoy los más altos cargos del Estado. ¿Se conservatizó el país?
Hay una gran crisis de los partidos políticos. Los partidos tradicionales, liberal y conservador, están venidos a menos y los partidos emergentes no han logrado la fortaleza que requieren. Además, están divididos, por personalismos. Hay una situación nociva para la democracia que es la falta de unos partidos fortalecidos en torno a ideas y filosofías sólidas. Estamos viendo que son conveniencias las que llevan a una persona a estar en este grupo o partido o en otro y luego intentar cambiarse. Aquí se han perdido los senderos del conservatismo y el liberalismo y no ha habido una fuerza política que logre encauzar posiciones filosóficas. Todos los que estamos sin partido, no encontramos solidez, ni aglutinación en torno a los partidos tradicionales, es una crisis de los partidos que han dejado desfigurar las ideologías por las conveniencias de las coyunturas y por la burocracia. No están luchando por interés general sino en muchísimos casos por conveniencia propia y pensando en la próxima elección y no en lo que necesita Colombia para poder superar las grandes dolencias sociales que hoy padece.
A pesar de esa realidad, ¿se mantendrá la independencia de la Corte?
Somos juristas y nos debemos al derecho. Se nos matricula de que somos uribistas o antiuribistas. No hay magistrados con posición caudillista.
¿Usted no va a presidir una Corte uribista ó antiuribista?
Es una Corte de juristas, de manera que esas matriculas son irrespetuosas. La Corte no tiene ninguna clase de orientación partidista o personalista, ni gobiernista. Tenemos, claro, una orientación filosófica pero no incide en cumplir y hacer cumplir la Constitución. Y la autonomía de la Corte, es mandato constitucional. No puede haber justicia sino es independiente, autónoma e imparcial.
Usted dice que por encima de las decisiones que tome el Gobierno y que pueda tomar el Congreso, está la Constitución. La Constitución prohíbe la reelección por segunda vez. Por encima del Gobierno y por encima del Congreso está ese mandato constitucional?
Usted lo está diciendo…
¿Pero cual es su opinión?
Cuando el tema llegue acá, si es que llega, se lo diré.
¿En el sentido de que por encima de todo está la Constitución?
Tengo mucha claridad sobre el tema. Pero no lo diré hasta cuando llegue. Si llega.
El Tiempo / 08 de febrero de 2009