Por: MARIANA JARAMILLO FONSECA

Se aproxima la elección de varios nuevos magistrados en la Corte Constitucional y en varios medios se ha hablado de la labor de la organización, por ponerle algún nombre, Elección Visible.

Según lo que dicen los medios, lo que propone esta organización es la participación y el control social, por parte de la sociedad civil, en el proceso de elección de los magistrados. Su propuesta busca mantener enterada a la ciudadanía para que hagan parte del proceso, lo conozcan y se pronuncien sobre él. Hasta ahí todo parece correcto y hasta parece una iniciativa ciudadana.

Pero al hacer de la sospecha una actitud necesaria para sobrevivir en Colombia, me he dado a la tarea de entrar a la página web y me he sorprendido. En verdad creía que esta era una organización ciudadana, una iniciativa nacida de civiles sin intereses económicos y políticos, pero lo que encontré fue otra cosa.

Elección Visible es un colectivo de empresas, medios de comunicación organizaciones económicas, instituciones de "investigación política" claro, muy camufladas, con un discurso bien estructurado, incluyéndose como una acción ciudadana. Pero es mentira. No son un movimiento ciudadano, por lo menos no totalmente, me explico: no son independientes, sino que reciben el apoyo y los recursos económicos de quienes tienen intereses claros en que quienes asuman las magistraturas sean fichas que pueden mover a favor de sus causas económicas o mediáticas.

Quienes forman parte de esta organización son: Corporación excelencia en la Justicia, Corporación Transparencia por Colombia, Congreso Visible, Fedesarrollo, Ámbito Jurídico, Misión de Observación Electoral, Consejo privado de Competitividad, Funcicar Fundación ProCartagena, Invamer, Proantionquia, Fundación Protransparencia Atlántico, Instituto de Ciencia Política, y para terminar sin que se hable del Tolima, la ADT. Al nombrar estas instituciones es solo para aclarar lo que digo arriba. En esta iniciativa, que por obvias razones ha tenido gran despliegue en todos los medios de comunicación, se supone que la ciudadanía va a participar en la elección y va a estar enterado con objetividad de este proceso tan decisivo para el país y las reformas que quieren implantar.

No sé hasta que punto sea válido el sesgo de estas organizaciones que claro, tienen sus intereses y además sus fichas en las altas esferas del poder, y no lo digo yo, los invito a la página web www.eleccionvisible.com, para que sean ustedes mismos quienes se aseguren si vale la pena confiar o no en esto de Elección Visible. No me opongo a las iniciativas que quieren ejercer control social pues son necesarias. Lo que no me parece es que el control sea ejercido por los que siempre han tenido el poder y que a todas luces, no son objetivos. Los mecanismos de control ciudadanos deben buscar la objetividad, que es no es fácil pero se puede lograr, si se tiene verdadera conciencia de la importancia y necesidad del control social en las democracias.

Ahora, si miramos algunas instituciones miembros de estas iniciativas vemos que algunas a pesar de tener nombres como Congreso Visible, han permanecido mudas ante la precaria y vergonzosa situación de nuestro parlamento. Lo mismo el tal centro de Investigaciones políticas que debía aparecer con resultados en esta coyuntura ha guardado sospechoso silencio, quien sabe por qué razones. Otras de las organizaciones que forman Elección visible, aglomeran grupos de poderosos y platudos industriales que tienen la plata para hacer el despliegue de medios y pagar por quien estructure un discurso que a ojos ingenuos parezca civil y desinteresado. De la ADT ni habló pues ahí tiene su ficha el magistrado González Cuervo, delegado en Bogotá de esa organización quien está en una de las cortes y sabe bien qué pasos dar y cómo hacerlo.

Esta organización es una iniciativa de las élites que buscan proteger sus intereses disfrazándose de sociedad civil objetiva y neutra cuando están bien lejos de serlo. De nuevo reitero mi invitación a sospechar y a desconfiar, a no comerle cuento a los medios y a aprovechar internet para obtener más información y de diferentes fuentes.

El Nuevo Día / 10 de septiembre de 2008