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El concepto fue entregado por Édgar Saavedra, quien integró la Sala Penal del alto tribunal.

Saavedra, quien en su condición de magistrado participó en la elección de los fiscales, Gustavo De Greiff (1992) y Alfonso Valdivieso (1994), recordó que en ambas oportunidades ninguno de los ternados por los presidentes César Gaviria y Ernesto Samper, eran penalistas.

"Es más. Ninguno de los nombres enviados en esas oportunidades nos gustaban, pero la Corte tuvo que votar y elegir a uno de ellos", agregó.

Reveló que también en esas ocasiones los magistrados consideraron la posibilidad de devolver las ternas, pero que después de examinar con rigor la Constitución llegaron a la conclusión de que "la Corte estaba obligada a elegir uno de los ternados".

A juicio de este ex magistrado, cuando la Corte objeta la terna más allá de los requisitos constitucionales, "como está ocurriendo", se invade la órbita del Presidente de la República.

Saavedra relató, además, que su esposa, Miriam Ramos, para entonces Viceprocuradora General de la Nación, propuso a los constituyentes establecer como requisito indispensable para ser Fiscal General, ostentar el título de penalista, pero que fue la Sala Penal de la Corte, la que se opuso a ello.

Y dijo que desde el punto de vista constitucional es apenas obvio que el Presidente sea el que tenga mayor afinidad con el Fiscal General, pues como jefe de Estado, debe ser quien trace la ruta para la lucha contra el crimen en el país. "Como ocurre a la hora de defender la soberanía", dijo.

Y concluyó: "Ese concepto de inviabilidad, esbozado por la Corte, no existe en la Constitución, se lo inventaron".

El Tiempo / 04 d noviembre de 2009