El precandidato presidencial liberal Rafael Pardo, con María Isabel Rueda.

La semana pasada le pregunté a Alfonso Gómez si el liberalismo debe elegir en su consulta al liberal de verdad o al hombre del siguiente paso.

El liberalismo tiene que responder a sus responsabilidades del siglo XXI, adaptándose e interpretando los temas que son fundamentales para la época de hoy. ¿Y cuáles son esos temas fundamentales? La mitad de los colombianos vive en la informalidad, el 40 por ciento gana el salario mínimo, no accede a la protección social, solo uno de cada cinco colombianos tiene posibilidades de una pensión. La misión del liberalismo es diseñar una política de igualdad de oportunidades. Ese es el siguiente paso.

¿Que Gómez se presente como un liberal de verdad será una especie de "vainazo" porque usted no toda la vida ha estado en el Partido Liberal?

Es que yo no quiero hablar de Alfonso Gómez.

¿Entonces, de qué hablamos?

Uno no puede hacer una campaña para hablar de los otros sino de cómo gobernaría y qué propone.

Del Presidente Uribe sí hay que hablar. A pesar de todas las controversias del momento, sigue subiendo en las encuestas y el país parece cada vez más uribista.

El temor a las Farc es un tema permanente en los colombianos y Chávez ayuda mucho en este proceso de elevar el prestigio del Presidente. Es cierto que en el tema de las Farc ha hecho una tarea muy buena, pero no es el único ni dentro ni fuera del uribismo que puede continuarla. En lo de las Farc estamos todos, y en defender al país de las arbitrariedades de Chávez, también estamos todos.

Sobre el tema, usted tuvo una zona gris que quisiera aclarar. Salió a criticar la presencia de los gringos en las bases militares, cuando la gente la percibe como una fuerza de contención de las amenazas de Chávez...

Esa es una percepción equivocada. Colombia necesita más colaboración de E.U. contra las drogas y contra el terrorismo, pero prestar aeropuertos para vigilar al resto de América Latina es un error de política exterior. No creo que eso tenga efecto disuasivo. Efecto disuasivo tiene el Ejército colombiano, y efecto disuasivo tiene una buena diplomacia.

¿La diplomacia que ha aplicado este gobierno ha estado equivocada?

Sí. Colombia sigue dándole la espalda a Suramérica, cuyo apoyo puede ser el mejor elemento de disuasión.

¿Y cómo hacemos para obtener ese apoyo, si la mayoría de nuestros vecinos nos está dando la espalda?

No nos está dando la espalda. Brasil quiere liderar la unidad suramericana. Pero Colombia se le pegó al gobierno de Bush y con eso le dio la espalda a Suramérica. Bush se fue del gobierno y Suramérica sigue aquí y aquí es a donde pertenecemos. Colombia tiene que ponerse como líder o colider de ese proceso de unidad suramericana. No como un invitado retrechero a lo que lideran Brasil, Chile y Argentina, que es donde está nuestro futuro.

¿Y le parece que la señora Kirtcher es muy buena lider?

A mí me parece que Argentina es un país que uno no puede despreciar, así le guste o no su Presidenta. Ni despreciar el liderazgo de Brasil, así su presidente sea o no de izquierda. Son los países más relevantes de Suramérica.

Pero Brasil está jugando un papel resbaloso en esta crisis. Fíjese lo que pasó en la reunión de Unasur. Para que nadie cuestione su carrera armamentista, se pone de lado de Venezuela...

Colombia dejó pasar la oportunidad para protestar contra el armamentismo venezolano, que comenzó a acelerarse desde el 2003. Apenas ahora comienza a abrir la boca. Pero además, el gobierno tiene que llevar ante los escenarios internacionales la permanente amenaza de agresión económica que hace Venezuela: eso está prohibido por Naciones Unidas. Hemos estado ocupados solamente en revelar el contenido del computador de Raúl Reyes y hemos dejado pasar sin denunciar la agresión comercial de Venezuela, que afectará a millones de colombianos.

Pero mientras los demás países están metiendo el dinero del desarrollo en armas, a nosotros nos las van a poner los gringos. ¿Eso es malo?

No estoy contra la cooperación. Pero es insuficiente. Me gusta la cooperación militar, pero la ocupación de nuestras bases no es cooperación militar. Es usar aeropuertos en Colombia para hacer sobrevuelos al resto de Suramérica.

¿Sostiene que esa presencia gringa en Colombia no nos va a servir para nada en nuestra lucha contra las Farc?

Eso lo podemos hacer sin el acuerdo de las bases. Pero apenas Chávez se mete en esa pelea contra Colombia, yo me salgo, porque no voy a quedar de su lado. Pero dejo mis argumentos ahí. No me gustó la decisión de las bases, me pareció diplomáticamente equivocada, pero no voy a quedar del mismo lado de Chávez.

Las bases gringas, que a usted le parecen un error, a los colombianos, según veo las encuestas, les merecen una gran tranquilidad.

¿Pero al fin, hay bases gringas?

(Risas) ¡Me traicionó el subconsciente! El Gobierno ha explicado que son la ampliación de unos acuerdos que venían desde cuando usted fue ministro de Defensa...

Esto no es lo mismo. Si lo fuera, no habrían firmado un acuerdo adicional. El error del gobierno es creer que la disuasión está en el acuerdo, no en el contenido.

¿Si usted llegara a ser Presidente de Colombia, revisaría ese acuerdo?

En este momento lo que hay que buscar es que Colombia tenga unidad sobre ese tema. El Gobierno no ha hecho ningún esfuerzo por ello. Yo no habría firmado ese acuerdo, pero ya firmado, hay que ver cómo le sirve al país.

Hay la teoría de que Obama también se sorprendió con este acuerdo...

Creo que sí. La dimensión del debate no fue prevista por las autoridades de E.U. Estaban pensando en un acuerdo de cooperación, y no en uno de disuasión frente a Suramérica.

¿Estarán arrepentidos?

El imperio nunca se arrepiente.

Lo noto muy anti imperialista... Lo hacíamos del lado de allá...

No. Estoy del lado de acá. Pero admito que la relación con E.U. es muy útil e importante para Colombia.

Estamos ante un lío institucional muy complicado. El Presidente ha conformado una terna para Fiscal que no gusta, pero que no es constitucionalmente rechazable. ¿Le parece bien que ante la disyuntiva la Corte haya armado una rebelión institucional?

Es que realmente hay dos de la terna que no merecerían ser elegidos para semejante cago.

¿Cuales son esos dos?

La doctora Virgina y el doctor Palacios. Nadie se imaginaría a la Fiscalía manejada por uno de ellos, según lo que vimos en la audiencia ante la Corte y lo que se ha venido a saber. Unas son las calidades legales, que pueden tenerlas, pero otra cosa es la idoneidad profesional para ejercer el cargo.

La Constitución, que quiso que en la escogencia del Fiscal participaran dos ramas del poder, le encarga al Presidente elaborar la terna y a la Corte revisar si cumple los requisitos mínimos legales y estos tres los cumplen.

La Corte tiene una responsabilidad muy grande en elegir a una persona que pueda realmente ser el Fiscal de los colombianos.

¿Si fuera el Presidente, le parecería bien que se le rebelara la Corte porque no le gustan sus candidatos?

Eso no habría pasado si yo fuera Presidente. Yo habría mandado una terna idónea. No habría mandado jamás a una persona y a dos rellenos.

¿Y porqué la Corte no descarta a los rellenos y elige a la persona, que sería Camilo Ospina?

Porque las ternas son de tres. Si no, la Constitución le habría encargado al Presidente que mandara solo un nombre.

¿Como candidato y posible Presidente del país, no le merece el menor reproche que la Corte no esté cumpliendo con su deber institucional?

El problema empieza en la conformación de la terna. Poner nombres, de los cuales dos son inelegibles, es cumplir la ley pero no el espíritu de la norma.

El Presidente salió a anunciar que va a liquidar el Das. ¿Está de acuerdo?

Es una forma de eludir su responsabilidad. No puede ser que la solución ahora sea liquidar una entidad que lleva siete años en escándalos continuos y que depende únicamente de la Presidencia de la República.

Hay una propuesta de mecánica interna del partido que consiste en que el que gane la consulta, se convierta en jefe del partido. ¿La comparte?

No. El camino del partido, una vez tenga el candidato único, exige que las mejores gentes del liberalismo estén en su conducción y estrategia. A mí me parece que cuando hay la posibilidad de ampliar la mayoría en la elaboración de listas al Congreso y con fórmulas de convergencia, es importante que el ex presidente Gaviria se mantenga a la cabeza del partido y que el candidato desarrolle su campaña presidencial. Pretender jubilar al Presidente Gaviria cuando se necesita una conducción y un liderazgo del partido, sería un error monumental.

¿Si usted no fuera candidato, por cuál de sus compañeros votaría?

Caramba. Esa es una pregunta muy complicada.

Pues claro, por eso se la hago...

Y por eso trato de no contestarla.

(Risas). Casi todos sus colegas lo acusan de ser el consentido del jefe del partido...

Es una reacción política entendible, pero no es utilizable desde el punto de vista del partido. Al candidato no lo escoge el jefe del liberalismo sino la gente que va a votar. Si las encuestas me favorecen no es porque el ex presidente me ayude, no le está ayudando a ninguno, sino porque alguien me está oyendo, le interesa lo que estoy diciendo y le parece razonable.

No veo nada de exótico en que el ex presidente Gaviria lo prefiera, que fue su ministro de Defensa...

No lo ha manifestado, e igualmente, casi todos los candidatos fueron sus funcionarios. Anibal Gaviria no, porque estaba muy joven. Pero Alfonso López fue su ministro de agricultura; Alfonso Gómez, su embajador; Héctor Helí fue congresista de la bancada de gobierno, la doctora Cecilia fue directora del Bienestar Familiar.

¿Cuál será una buena votación para el Partido Liberal, y menos de cuánto una muy mala?

Comparto las mismas cifras del doctor Alfonso Gómez. Dos es muy bueno, de uno y medio para abajo sería regular.

Pero confiamos en las maquinarias del partido...

Confiamos en el partido, porque las maquinarias se las llevó todas el uribismo.

¿A ustedes les dejaron migajas?

Las ideas y las banderas.

Usted no tendrá duda de que el Presidente se lanza...

No tengo duda de que quiere ir, pero de que va, estoy casi seguro de que no puede.

¿En el uribismo, ve la candidatura de Noemí Sanín hoy?

La veo, pero no veo dónde.

¿Y la de Arias y Juan Manuel?

Sí.

¿Ve un "toconur" antes de la Primera vuelta?

Es que no veo un "ur"... (Risas) Pero quiero dejar dicho una cosa: Aspiro a que la consulta liberal sea entendida como un referendo para quienes, uribistas o no, les parezca que el referendo fue corrupto y que no es democrático, y salgan a votar para expresar eso.

No me diga que pretende que los uribistas salgamos a votar en la consulta liberal...

El partido uribista más grande que hay es el de los uribistas que no quieren la reelección. Hay que decirles que hay una forma de expresarse democráticamente, por ejemplo, en la consulta liberal.

¿Usted se sentiría frustrado de que con su nombre el liberalismo no logre recuperar el poder?

El liberalismo tiene una gran opción de recuperar el poder. Está unificado, tiene organización nacional, capacidad de generar coaliciones con otras fuerzas que, esté o no Uribe, sumarían entre 40 y 45 por ciento de la fuerza política nacional. Con estrategia y con los liberales trabajando, el liberalismo tiene la opción de llegar al poder en el 2010.

MARÍA ISABEL RUEDA

ESPECIAL PARA EL TIEMPO

El Tiempo / 20 de septiembre de 2009