Por: Redacción Judicial | Elespectador.com
En momentos en que en la Corte Suprema se sigue discutiendo la elección, empiezan a trascender rumores de encuentros entre magistrados y funcionarios de la Casa de Nariño.
El episodio que podría enredar el orden del día de la Sala Plena de la Corte Suprema, la cual se reunirá hoy para discutir la elección del próximo Fiscal General, tiene su origen en las denuncias que hizo Manuel Cuello Baute, ex superintendente de Notariado y Registro, por la supuesta feria de notarías a cambio de votos favorables a la reelección presidencial. Cuello Baute señaló a Tomás Uribe como uno de los gestores de tal tráfico de influencias y fue así como el hijo mayor del Presidente resultó citado a declarar. Sin embargo, al enrarecido ambiente que hay entre esta corporación y el Ejecutivo se sumó un nuevo elemento: la queja que Tomás Uribe interpuso ante los magistrados porque, alegó, fue maltratado en la diligencia.
La carta que Uribe Moreno dirigió a los magistrados alteró aún más los ánimos en la Corte. Algunos de sus integrantes, incluso, quedaron sorprendidos con la misiva, pues de un tiempo para acá algunos abogados cercanos al círculo presidencial y conocidos en el alto tribunal están tratando de tender un puente entre los dos poderes. "Lo que se intenta es concretar una reunión, ojalá de carácter secreto, entre el presidente Álvaro Uribe y el presidente de la Corte, Augusto Ibáñez", dijo a este diario una fuente que ha estado al tanto de los contactos de parte y parte. No obstante, no es la carta de Tomás Uribe el único asunto sobre la mesa.
Los rumores sobre la cercanía de algunos magistrados con la Casa de Nariño también han causado molestias. Supuestamente magistrados de la Sala Penal, entre ellos José Leonidas Bustos, habrían sostenido encuentros privados con emisarios de la Presidencia. De Alfredo Gómez Quintero y Javier Zapata también se dice que se reunieron con funcionarios del más alto nivel del Palacio de Nariño y juristas cercanos al Gobierno. Según le dijo a este diario un magistrado de la Corte, "no podemos ser tan ingenuos como para no creer que algunos integrantes de la corporación conversen con funcionarios de la Casa de Nariño. Lo único que aspiramos es que no hagan acuerdos que comprometan la independencia judicial".
Por estos días, la tensión alrededor de la Corte Suprema es más que obvia. Los comentarios intrigantes van y vienen. "Todos esos rumores hacen daño, porque se pueden generar desconfianzas", dijo un alto funcionario del tribunal. Para los magistrados es claro que, al tener en sus manos la elección del nuevo fiscal, sus nombres y acciones están en la palestra pública. Además, los siguen desvelando los escándalos en los que se han visto envueltos los candidatos a la Fiscalía Camilo Ospina y Juan Ángel Palacio, y que han sido divulgados por los medios. Según otro magistrado de la Corte, "en este momento ninguno de los tres aspirantes es capaz de sacar más de ocho votos. No hay un favorito".
Este jueves, los altos jueces se reunirán a mirar con lupa el tema de Tomás Uribe. Luego redactarán un documento sobre las características que deberá cumplir el próximo Fiscal General, el cual podría hacerse público y así forzar al Gobierno a revisar los nombres sugeridos. El consenso de no devolver la terna se mantiene, pues algunos magistrados temen, incluso, que el remedio resulte peor que la enfermedad. Y mientras tanto, la Fiscalía seguirá sin cabeza, Guillermo Mendoza Diago seguirá como fiscal general encargado y, según conoció El Espectador, existe la posibilidad de que un ex magistrado o alguien cercano a las altas cortes lo acompañe como su segundo.
El Espectador / 05 de agosto de 2009