Por: Redacción Judicial | Elespectador.com

Pocos creen que este jueves se conocerá el nombre del sucesor de Mario Iguarán.

Las cábalas que se hacían la semana pasada sobre la elección del nuevo Fiscal General en la Corte Suprema parecen haberse venido todas al piso. De Camilo Ospina se dijo que tenía ocho votos fijos, que luego subió a diez y que ancló en 14. De Juan Ángel Palacio que, aunque había empezado de cero, sus acciones se habían cotizado rápidamente hasta que las denuncias que circularon en su contra le pusieron coto a su súbito favoritismo. Pero hoy, en la Corte, no hay más que un silencio sepulcral. Nadie se atreve a pronosticar lo que va a suceder el jueves cuando la Sala Plena se reúna para escoger el sucesor de Mario Iguarán.

La discusión se va a centrar sobre devolver o no la terna. Al menos siete magistrados se inclinarían por este camino. Otros no quieren que ésta sea la primera Corte que rechaza de tajo los candidatos postulados por el Ejecutivo. Incluso su presidente, magistrado Augusto Ibáñez, ha dicho en varios escenarios que no hay razón para devolverla. Así, mientras un grupo podría pedir la devolución, lo que significaría dejar el timón de la Fiscalía al vicefiscal Guillermo Mendoza Diago, otros integrantes de la Corte preferirían votar en blanco una y otra vez hasta que los candidatos renuncien y la Casa de Nariño se vea obligada a modificar la terna.

La idea de Mendoza Diago a la cabeza del ente acusador, no obstante, tampoco genera seguridad en la Corte -ni en el mismo Gobierno-, que analiza sus actuaciones en casos que ha fallado su despacho, como el de otorgarle la libertad al ex senador Mario Uribe o la aparente lentitud con la que se ha llevado el expediente contra varios alfiles de la Casa de Nariño involucrados en la yidispolítica. Pero tanto los antecedentes que rondan los nombres de Palacio y Ospina, como la exposición que ellos dos y Virginia Uribe tuvieron en la Corte han resultado de gran incidencia en la determinación que están por tomar los magistrados.

El escándalo del presunto acto de corrupción por parte de Palacio hizo cambiar el buen concepto que se habían formado algunos magistrados sobre él. El proceso, archivado temporalmente, sigue causando preocupación al alto tribunal. En la Corte quedó la percepción de que fue una afrenta para posicionar, como única opción, a Camilo Ospina, quien tampoco termina de convencer a los magistrados. Además de las denuncias que corren en voz baja de su aparente cercanía con el ‘Zar de las esmeraldas', Víctor Carranza, a Ospina lo tiene bloqueado la asociación inmediata que se hace de él con el escándalo de los falsos positivos por haber emitido una polémica directiva ministerial que, en concepto de algunos analistas, disparó este fenómeno.

En ese contexto, una Corte que ha mostrado dar tanta importancia a escenarios y organizaciones internacionales no ve con buenos ojos que el próximo Fiscal tenga que cargar con un estigma tan profundo. Algunos predicen que Ospina, pese a su intensa campaña de lobby, podría tener seis votos en su contra de magistrados de la Sala Penal. Aunque hasta la fecha los comentarios han sido austeros, un rumor se ha apoderado a la fuerza de los pasillos del Palacio de Justicia: los votos en blanco serán mayoría. Un magistrado le dijo a este diario que tanto él como sus colegas esperan que el tema del referendo por la reelección presidencial vuelva a tomar fuerza para que la tensión se traslade al campo político y puedan tomarse serenas decisiones en el campo judicial: "Así nos dejarán debatir y votar en paz"

El Espectador / 22 de julio de 2009