FISCALÍA El escándalo de Juan Ángel Palacio ha dejado la selección del próximo fiscal en una sin salida. Catorce magistrados piensan votar en blanco para presionar al presidente Uribe a que cambie la terna.
En Colombia se había practicado con frecuencia la fórmula de la 'terna de uno'. Pero ahora, con la baraja de candidatos que el presidente Álvaro Uribe envió a la Corte Suprema para elegir al próximo Fiscal General de la Nación, se ha presentado una situación sin antecedentes, que es la 'terna de cero'.
Cuando se conocieron los nombres de los tres candidatos quedó claro que el favorito de la Casa de Nariño era Camilo Ospina y que ninguno de los otros dos aspirantes, Juan Ángel Palacio y Virginia Uribe, tenía la trayectoria pública ni el peso político para derrotar al ex ministro de Defensa y ex embajador en la OEA.
Pero el favoritismo de Ospina duró muy poco. En un principio se le descalificó por ser el autor del decreto de recompensas que habría dado pie a los llamados 'falsos positivos'. Eso tiene algo de injusticia, en primer lugar, porque el asesinato de inocentes para ser presentados como miembros de bandas criminales se podía haber dado con o sin recompensas y, en segundo lugar, porque a nadie se le ocurre que al redactar la norma existiera alguna intención de que desembocara en crímenes tan atroces.
La verdadera razón para que la Corte dejara sin opción alguna a Ospina es que aunque la mayoría de los magistrados reconoce su idoneidad profesional, consideran que el hecho de ser de la entraña del sanedrín presidencial no lo hace idóneo para el cargo en la coyuntura de choque de trenes que está atravesando el país. En particular, Ospina no les inspira ni pizca de confianza para el manejo de dos casos que debe resolver la Fiscalía que son de altísima prioridad para la Corte y que podrían involucrar a miembros del sanedrín de Palacio, como son las 'chuzadas' del DAS a magistrados y la visita de alias 'Job' a la Casa de Nariño para llevar pruebas falsas contra la Corte.
Con el desinfle del nombre de Ospina, el ex consejero de Estado Juan Ángel Palacio comenzó a crecerse, al punto de que se daba por hecho que sería el palo de la elección. La otra candidata, Virginia Uribe, estaba descartada. Entre otras razones, porque sería un salto profesional demasiado grande que una asesora del Ministerio de Transporte terminara al mando del búnker de la Fiscalía.
Pero todo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Las acciones de Palacio cayeron al piso el lunes de la semana pasada, luego de que La W reveló una denuncia según la cual éste trató de sobornar a un magistrado auxiliar del Consejo de Estado para que amañara un fallo. El escándalo podría no haber tenido mayor impacto porque, al fin y al cabo, la investigación contra Palacio ya había sido cerrada en la Fiscalía y la única prueba era el testimonio del magistrado auxiliar. El gran error de Palacio fue haber mentido porque, una vez se conoció la denuncia, dijo no haber hablado nunca con dicho magistrado sobre ese caso y al día siguiente la misma emisora difundió una grabación de octubre pasado en la que se oye, precisamente, a Palacio hablando con el magistrado del tema y queda claro que no era la primera vez que lo hacían. Independientemente de si la acusación es válida o no, lo que es evidente es que la candidatura de Palacio dejó de ser viable.
Ante esta situación, nadie sabe qué va a pasar. SEMANA pudo saber que 14 magistrados piensan votar en blanco en la elección de este jueves y piensan insistir en esa posición todas las veces que sea necesario hasta que el gobierno retire la terna.
Como el período del fiscal Mario Iguarán termina el 31 de julio, hay magistrados que no descartan que sea la propia Corte Suprema la que nombre a un nuevo vicefiscal para que asuma como encargado mientras se elige al titular. Otros, sin embargo, creen que ese no es el procedimiento porque cuando la elección de Luis Camilo Osorio se demoró, asumió el vicefiscal de ese entonces. Es decir, en este caso, le correspondería asumir el cargo de manera temporal al hoy vicefiscal, Guillermo Mendoza.
La incertidumbre es tal, que un magistrado con algo de cinismo dijo: "No se me hace raro que tal y como están las cosas, la señora Virginia termine recogiendo algunos de los votos".
Semana / 18 de julio de 2009