En su última semana como embajador de Colombia ante la OEA, Camilo Ospina consideró de "bajo perfil" la reciente demanda de Ecuador ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el debate sobre la muerte de un ciudadano ecuatoriano en la operación que abatió a "Raúl Reyes".
"Si se observa con cuidado el perfil que le dieron a la demanda sobre Franklin Aisalla, pues fue bajo. No habló nadie del alto Gobierno ecuatoriano, sino directamente el Procurador. Por eso la respuesta del Gobierno de Colombia fue técnica. Vamos a dar el debate donde corresponde, que es en las Cortes".
El Embajador se despidió de Washington destacando tres puntos de su gestión: el posicionamiento de la política de Seguridad Democrática, la defensa internacional del país y los avances con la CIDH.
Ospina explicó que, tras el asesinato de los diputados del Valle y los atentados en El Nogal, se inicio una serie de discusiones en la OEA que favorecieron a Colombia. "Hace ocho años nadie quería hablar de las Farc, en términos distintos a la de un grupo armado. Hoy es claro el reconocimiento al terrorismo de las Farc y su vinculación con el narcotráfico", dijo.
La polémica con Ecuador, la disputa con Nicaragua por San Andrés y la lucha contra el narcotráfico, fueron algunos de los capítulos más destacados de Ospina, que ahora viaja a Colombia para conformar la terna que propondrá la Presidencia para reemplazar al Fiscal.
Ospina no quiso referirse al tema, pero sacó el pecho ante las críticas en Colombia sobre la aparición de los falsos positivos como consecuencia de la directiva que él emitió cuando era Ministro de Defensa oficializando el pago de recompensas en el país.
En tono enérgico, aseguró que "jamás se promovió un incentivo económico para las fuerzas armadas. Nunca. Ningún empleado público puede recibir recursos. Éstos son para combatir el crimen. La política de recompensa es global. Se paga por información válida y útil para combatir el crimen".
Explicó que se reguló el tema "porque la Contraloría General nos hizo cinco requerimientos diciendo que el tema de las recompensas estaba suelto, no había ninguna reglamentación y era arbitrario. Por lo tanto, era preferible poner 'en blanco y negro las circunstancias'. Se puso una tabla de pago de las compensaciones por información válida para combatir el crimen a los particulares que entregaran la información útil".
El Colombiano / 17 de junio de 2009