Por: Cecilia Orozco Tascón
"LAS TERNAS (PARA REEMPLAZAR A dos magistrados de la Corte Constitucional) que propuso el presidente Álvaro Uribe dejaron sin habla a los expertos", dice la revista Semana, basada, según informa, en la opinión de cinco constitucionalistas.
En el artículo se explica que tal reacción se debe a que los candidatos del Mandatario "son unos perfectos desconocidos" en el alto mundo judicial y a que no "tienen una experiencia significativa en Derecho Constitucional...". No es raro. En estos tiempos no es importante tener gran prestigio profesional o académico en el área que el elegido vaya a desempeñar. Esa cualidad, antes indispensable para acceder a las cortes, desapareció frente a las necesidades políticas del Ejecutivo. Para llegar a un tribunal de última instancia, basta con garantizar una fidelidad de perro.
Por eso no es ningún orgullo para la Universidad Sergio Arboleda que se sospeche con sobradas razones, que los aspirantes, casi todos vinculados a ese centro, hayan sido inscritos en las ternas más que por sus conocimientos específicos, por sus influencias y, desde luego, por su cercanía con el poder presidencial. Repasemos la listica de postulados:
Zaida Barrero de Noguera es la esposa del rector, Rodrigo Noguera, y se la recuerda por haber estado, muchos años, en cargos de representación política; Jorge Pretelt es el vicerrector de esa universidad. Se le abona que hizo un posgrado que le añade valor a su nombre, en Defensa y Seguridad Nacional; Lida Salazar fue decana de Educación Continuada del mismo centro y es la viuda del jefe político conservador Roberto Camacho, quien también fue catedrático en esas aulas. Completan las ternas arboledistas José Rafael Escandón, ex director del departamento de Derecho Laboral y José Fernando Torres, profesor de Derecho Comercial. Tremendo agradecimiento le demostró el Presidente a la universidad de sus amores, con la que comparte la filosofía de la godarria más rancia.
La única que no tiene nada que ver con la Sergio Arboleda es María Victoria Calle, pero ella no requiere esa cobertura porque cuenta con amigos afines a la Casa de Nariño. En la prensa se da como un hecho que los dos nuevos magistrados de la Corte serán Pretelt y Calle. El primero, además de ser ex alumno de la Escuela Superior de Guerra, debe poseer otro plus oculto porque el Jefe de Estado hace rato anda tras él para ubicarlo bien. Se quedó viendo un chispero cuando Uribe lo postuló para Fiscal General porque Mario Iguarán le ganó de mano. No obstante, ahora tiene el Congreso a su favor. Según se reveló, más de cuarenta parlamentarios y el inquieto abogado Abelardo de la Espriella ya celebraron con él su "elección", en un famoso restaurante costeño que funciona en Bogotá.
María Victoria Calle tampoco menciona en su hoja de vida el Derecho Constitucional. Sustituye esa falencia con su largo vínculo político-laboral con la Alcaldía de Pereira y con la Gobernación del departamento. Hasta gobernadora encargada fue. La recomiendan el consejero presidencial Juan Guillermo Ángel; las senadoras uribistas Elsa Gladys Cifuentes y María Isabel Mejía y los representantes a la Cámara Carlos Enrique Soto y Diego Patiño. Todos tienen en común que son oriundos de Risaralda, la tierra de Rodrigo Rivera, a quien Calle no incluye en sus referencias personales. No vaya y sea que los malpensados digan que la campaña de Rivera para sacar adelante en el Congreso el referendo reeleccionista culminará con su peón de brega en la Corte Constitucional.
El Espectador / 24 de marzo de 2009