Después de 102 días de interinidad, la Corte Suprema eligió al sucesor de Eduardo Montealegre.
El nuevo Fiscal, que llega a ese cargo después de ser ministro del Interior, de Justicia y de la Presidencia, anunció que la suya será "la Fiscalía del posconflicto", pero garantizó que no dejará en segundo plano la obligación de combatir la delincuencia para que "los colombianos puedan caminar tranquilos por la calle".
Martínez anunció la presentación de tres proyectos legislativos, que, aseguró, garantizarán mayor transparencia en la Fiscalía. El más llamativo es el que evitaría que las elecciones de fiscal, como ha ocurrido en los últimos seis años, se dilaten indefinidamente en desmedro de la administración de justicia.
En materia de paz y posconflicto, anunció que la Fiscalía jugará "un papel determinante" para que la Justicia Especial para la Paz acordada en La Habana logre su propósito. "Este es un momento muy importante en la historia de Colombia (...) Necesitamos avanzar en la consolidación de la seguridad ciudadana. Vamos a aclimatar los tiempos de paz, que es el propósito que hoy tiene la Nación entera, con la realidad de una justicia que permita que las colombianas y los colombianos podamos caminar por nuestras calles y por nuestras aldeas sin ángel de la guarda". (Vea aquí: Presupuesto de la Fiscalía General de la Nación)
Martínez recibe una Fiscalía que cada año abre 1,25 millones de procesos penales, la mayor parte de los cuales no llegará nunca a la etapa de sentencia. Esto, con una entidad que tiene más de 25.000 empleados y un presupuesto propio, 2,5 billones de pesos, similar al de toda la Rama Judicial. Romper esa inercia y lograr una justicia más pronta, confiable y respetada por los ciudadanos es su reto en esta materia.
Frente a la delincuencia organizada y las bandas criminales, insistió en un tema que ya había planteado en la audiencia pública ante la Corte, en junio pasado: "Vamos a hacer una tarea para lograr el comiso y el decomiso de los patrimonios ilícitos, que son los que siguen financiando el crimen organizado en Colombia. Tengo el conocimiento y la experticia, y espero que este sea uno de mis grandes legados para la Fiscalía".
En la misma vía, afirmó que la corrupción, especialmente en las regiones, es un cáncer que está carcomiendo la democracia, y anunció una "lucha frontal y una cruzada" contra los que se roban la plata pública. "Que tiemblen los corruptos", dijo.
En su primera intervención pública después de la elección en la Corte envió el mensaje de que no usará el poder de su cargo, el segundo más importante en el Estado colombiano después del Presidente de la República, como trampolín. "Siempre he querido culminar mis años de vida pública al servicio de la justicia", aseguró.
El 21 de julio próximo, la Sala Plena de la Corte se volverá a reunir para ratificar la elección, en un asunto de mero trámite. A partir de esa fecha empieza el proceso para que Martínez Neira tome posesión ante el Presidente de la República.
Más retos
Además de los tres frentes de trabajo anunciados, el nuevo Fiscal llega con el reto de desactivar la polarización política heredada de la administración de Eduardo Montealegre y Jorge Fernando Perdomo.
Con varios de sus altos directivos procesados y con familiares directos del expresidente Álvaro Uribe detenidos o bajo lupa, el Centro Democrático se ha declarado víctima de una supuesta persecución política y judicial. Néstor Humberto Martínez, que en su momento logró un fugaz acercamiento entre el expresidente y el Gobierno, es percibido en la oposición como una prenda de garantía de sus derechos.
Gloria María Borrero, directora de la Corporación Excelencia en la Justicia, asegura que una primera medida debe ser revisar todos los procesos que han sido cuestionados y evaluar su sustento probatorio.
"Si tienen pruebas suficientes, que sigan adelante hasta sus últimas consecuencias. Pero si no, que se tomen los correctivos", dice Borrero, quien agrega que el nuevo fiscal está en la disyuntiva de buscar un mecanismo plenamente transparente para abordar asuntos que, por su naturaleza penal, no necesariamente son públicos.
La administración de Eduardo Montealegre recibió críticas porque se negó a rendir cuentas públicas sobre varias de sus actuaciones, entre ellas la firma de millonarios contratos de asesoría. Dos de los proyectos de reforma anunciados por Martínez apuntan a hacer más transparente el ejercicio de la Fiscalía. El eje es que la misma Corte Suprema, que lo eligió, tenga mayores responsabilidades a la hora de controlar la gestión del funcionario más importante de la justicia en el país.
'Dieron altura al debate'
El nuevo fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, fue elegido con 17 votos. Los otros dos candidatos, Yesid Reyes Alvarado y Mónica Cifuentes Osorio, obtuvieron cada uno dos votos. Uno de los 22 magistrados que participaron en el proceso de elección votó en blanco.
Martínez Neira reconoció las calidades de sus dos competidores y aseguró que con sus actuaciones y hoja de vida "le dieron altura al debate" para elegir al nuevo Fiscal General.
Tres reformas necesarias
1. Impedimentos
Cuando el Fiscal General se declara impedido en un proceso, regularmente la investigación es entregada al vicefiscal o a uno de los fiscales delegados. El antecedente más sonado es el del caso Saludcoop, que no avanzó en la Fiscalía de Montealegre. Martínez propone que la misma Corte nombre al fiscal ad hoc.
2. No a interinidad
El segundo proyecto busca que la Corte resuelva las faltas absolutas del jefe del ente acusador, nombre un encargado y no al vicefiscal, de tal manera "que no se creen estímulos para que las interinidades se prolonguen, como ha ocurrido en el inmediato pasado". En el actual proceso, hubo reservas por la cercanía del vicefiscal con magistrados.
3. Control interno
Martínez plantea que haya una auditoría interna que no le reporte al Fiscal General, sino al ente nominador: la propia Corte Suprema. Dice que esto garantiza transparencia. Hoy, el despacho del Fiscal General no da, salvo a la cuestionada Comisión de Acusación, ningún reporte de sus actos.
De 'superministro' a cabeza de la justicia
Reconocido por su capacidad para el diálogo, Néstor Humberto Martínez ha estado por décadas en el centro del poder político, judicial y económico del país.
Esa condición, dicen quienes lo conocen, es una de las garantías de que el poder del cargo que recibe no lo va a deslumbrar, como ha pasado con algunos de sus antecesores. Abogado y economista de la Universidad Javeriana, con especialización en derecho comercial y de familia, y maestría de ese mismo centro de educación superior, ha desempeñado a lo largo de su carrera diferentes cargos en los sectores público y privado.
Entre 1991 y 1992 fue miembro de la junta directiva del Banco de la República y de la Superintendencia Financiera.
De igual forma, se desempeñó como subgerente legal del Banco Interamericano de Desarrollo, estuvo al frente de la Superintendencia Bancaria, fue superintendente delegado para Instituciones Financieras y trabajó como vicepresidente jurídico de la Cámara de Comercio de Bogotá.
El abogado, nacido en Bogotá de una familia de origen santandereano, llegó a la política en 1994, cuando el presidente Ernesto Samper lo nombró ministro de Justicia, cargo que repitió como interino en 1999 en la presidencia de Andrés Pastrana Arango.
Fue también ministro del Interior (1997-1999).
En la década de los 90 estuvo como embajador de Colombia en Francia, pero renunció a su cargo con la intención de postularse como candidato liberal a la alcaldía de Bogotá.
A lo largo de su desempeño en el área de justicia se ha caracterizado por la defensa de la línea dura en materia penal.
En los 90, como ministro, atajó varios proyectos que pretendían gabelas para los intereses de los delincuentes, entre ellos el famoso 'narcomico' que en 1994 estuvo a punto de convertir el enriquecimiento ilícito en delito subsidiario.
En septiembre del 2014 fue nombrado como ministro de la Presidencia, un cargo que recién había creado el presidente Juan Manuel Santos y que desempeñó hasta junio del 2015. Allí lideró las relaciones del Ejecutivo con todo el Estado, lo que le valió el título de 'superministro'.
Durante toda su carrera ha estado vinculado a la academia como docente de las universidades Javeriana y del Rosario.
El nuevo Fiscal fue el socio fundador de la reconocida firma de abogados Martínez Neira, que desde mitad de año del 2015 pasó a ser DLA Piper Martínez Neira.
Frente a reservas porque su especialidad no es el derecho penal, el mismo Martínez dice que su trayectoria pública le ha permitido conocer a fondo la justicia colombiana y la lucha contra las mafias.
JUSTICIA
Fuente: http://www.eltiempo.com/politica/justicia/nestor-humberto-martinez-nuevo-fiscal-retos-y-planes/16642505