El proceso para elegir a tres de los nueve miembros del nuevo y poderoso Consejo de Gobierno Judicial, dio ayer una nueva muestra de desorden.

Al empezar la audiencia donde se presentaron los 15 preseleccionados para esos tres puestos el presidente de la Corte Suprema, Leonidas Bustos, dijo que habían modificado el procedimiento para incluir nueve mujeres entre los preseleccionados y por lo tanto aplazó la elección para que el lunes se presenten esas nueve mujeres. Todo porque no se habían dado cuenta de que la lista no cumplía con el requisito de la Ley de Cuotas tener la misma cantodad de hombres y mujeres, como advirtió este martes La Silla.

Ese remiendo a la lista y el aplazamiento de la elección son una nueva prueba del desorden de esta convocatoria. Ya antes había pasado de agache porque fue hecha en época electoral, en ella se ampliaron los requisitos para que más funcionarios del moribundo Consejo Superior de la Judicatura pudieran concursar, varios de los pasos del proceso no se hicieron públicos a tiempo, la mayoría de los aspirantes tienen un perfil bajo, no se sabe cómo escogieron a los ahora 24 admitidos, y entre ellos hay varios políticos de carrera.

Mejor dicho, a este ritmo la reforma de Equilibrio de Poderes -que quería mejorar el nivel de la administración de la Rama y por eso reemplaza la Sala Administrativa de la Judicatura por el nuevo Consejo de Gobierno Judicial- puede terminar siendo un remedio peor que la enfermedad original.