El nuevo Magistrado que reemplazará al doctor Humberto Sierra Porto llegará a la Corte Constitucional en un momento crucial para el país. La Corte juega un papel clave para nuestro Estado de Derecho y en estos momentos, para esta institución, la coyuntura es especial por las múltiples transformaciones normativas que se han aprobado durante los últimos años, susceptibles de la revisión de constitucionalidad, como lo son los nuevos códigos procesales (Código General del Proceso y Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo), la reforma al fuero penal militar y el acusador privado.
Igualmente, la Corte conocerá del control constitucional de las eventuales reformas en materia de pensiones y salud que serán presentadas próximamente al Congreso por el Gobierno Nacional.
También tendrá un papel importante en el actual proceso de negociación con las FARC, por vía de la revisión del marco jurídico para la paz y de su reglamentación normativa. A su vez, no dejan de ser fundamentales los seguimientos a aquellos casos en los que se ha declarado el estado de cosas inconstitucional, tales como la situación de la población desplazada y de la población reclusa.
Al mismo tiempo, la Corporación tiene pendiente su definición frente al aborto y adopción de parejas del mismo sexo, el control de constitucionalidad de las futuras leyes sobre eutanasia y el matrimonio entre parejas homosexuales.
Finalmente, es importante seguir la elección del nuevo Magistrado para velar por que la integren personas de las más altas calidades humanas y profesionales y para que allí se encuentren representadas todas las especialidades del derecho, entre ellas la constitucional, tal como lo establece nuestra Carta Política en su artículo 239:
“La Corte Constitucional tendrá el número impar de miembros que determine la ley. En su integración se atenderá el criterio de designación de magistrados pertenecientes a diversas especialidades del Derecho…”