Por: Fernando Navas Talero
"TERNA. Conjunto de tres personas propuestas para un cargo/ Pareja de tres puntos en los dados/ Juego de dados". Pequeño Larousse Ilustrado.
"El Fiscal General de la Nación será elegido para un período de cuatro años por la Corte Suprema de Justicia, de terna enviada por el Presidente de la República...". Artículo 249 de la Constitución Política.
En cumplimiento del mandato constitucional y de la comprensión del sistema de elección de este magistrado, el presidente Uribe, vencido el período del fiscal Mario Iguarán, postuló a tres candidatos para ocupar esa dignidad, tres abogados a quienes la Corte examinó y después de largos debates descalificó, alegando que ninguno de ellos reunía las calidades que, a su juicio, debe tener este funcionario, principalmente su especialización en Derecho Penal y esto dada la función que le corresponde ejecutar: perseguir la sanción de los delitos.
Dos de los integrantes de la terna declinaron la postulación, seguramente con el noble propósito de facilitar las cosas para que el Presidente desatara el nudo gordiano y allanado el escollo reformulara la propuesta con candidatos que reunieran la condición que la Corte echaba de menos. Pero no ocurrió así. Uno de los aspirantes, Camilo Ospina Bernal, hombre de la entraña del Presidente, no renunció al honor y la terna original entonces se acomodó con dos nuevos aspirantes, Margarita Cabello Blanco y Marco Antonio Velilla Moreno, juristas acreditados, pero sin la calidad que la Corte ha venido reclamando: ser penalistas.
En desarrollo de las reglas que ha establecido la Corte para la elección del Fiscal, los dos nuevos pretendientes públicamente hicieron al país exposición de sus méritos y de los proyectos que tienen en relación con el cargo al que aspiran; el resumen de esa presentación es que tampoco dominan con propiedad la disciplina del Derecho Penal, independientemente de que conozcan con propiedad otras ramas de su profesión.
Así las cosas, no resulta apurado concluir que la supuesta terna sometida a la decisión de la Corte no es de tres sino de dos, pues el doctor Ospina Bernal ya fue descartado en la anterior selección. Es más, todo indica que es él la manzana de la discordia en esta elección; tampoco los nuevos candidatos son penalistas y si tienen algunas nociones de esta especialidad, lo cual es obvio, sus conocimientos al respecto son los mismos que acreditaron los anteriormente descalificados. Siendo esto así de claro, no se ve posible que la Corte, si es coherente con la posición que ha venido sosteniendo, pueda elegir al Fiscal General de la Nación en esta segunda oportunidad. Ahora bien, será muy difícil que el país entienda "las reglas de juego de la Corte", como llama su Presidente el sistema ideado para agotar el trámite de elección, si después de todos los antecedentes del desgastador procedimiento, cambia la doctrina y se decide a elegir. ¡Pero en Colombia esto no sería extraño!
El Nuevo Siglo / 27 de enero de 2009