Por: Elespectador.com
Siete magistrados siguen sosteniendo que la terna es "inviable" y votarán en blanco.
A 48 horas de que la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia defina de una buena vez la suerte de la cuestionada terna para la Fiscalía —desechada en múltiples ocasiones por "inviable"—, el runrún de escándalos que se avecinan sobre los candidatos, así como los continuos coqueteos políticos, en el caso particular del ex ministro Camilo Ospina para que forme parte de la lista a la Cámara por el Partido de la U, amenazan con seguir dilatando la elección del sucesor de Mario Iguarán.
Sin duda, el nombre más desgastado en este proceso que ajusta casi seis meses es el de Ospina. Precisamente, el ex embajador ante la OEA, entre noviembre y diciembre, hizo ronda con varios magistrados —no todos aceptaron verlo o pasarle al teléfono—, pero sus avances para lograr consenso sobre su nombre siguen siendo escasos. Fuentes de El Espectador confirmaron que su nombre sólo cala en tres magistrados. Aunque Camilo Ospina ha dicho que quiere esperar hasta la audiencia de este jueves para definir su futuro, lo cierto es que cada vez se ve más lejano su horizonte como eventual Fiscal y, en cambio, empieza a contemplar el escenario político.
El ala radical de la Corte sigue inamovible. Siete magistrados privadamente han manifestado que siguen descontentos con la terna y su voto en blanco se mantiene constante. A falta de que se elija un magistrado de la Sala Laboral, los otros 15 juristas reparten sus prevenciones, gustos y preferencias entre los candidatos Margarita Cabello —quien ha venido ganando espacio con rapidez inusitada en el alto tribunal— y el consejero de Estado Marco Antonio Velilla. De cualquier manera, con el ala radical inalterable sobre la inviabilidad de la terna, ninguno de los candidatos alcanza aún la mayoría calificada de 16 votos para resultar elegido como nuevo Fiscal General.
En el caso particular de la candidata Cabello, a cierto flanco de la Corte le incomodan dos asuntos: su aparente cercanía con el procurador Alejandro Ordóñez, quien según varios entendidos ha venido promoviendo su nombre en altas esferas judiciales y políticas, y con el presidente del Congreso, Javier Cáceres, recientemente implicado en un escándalo por la revista Cambio debido a sus supuestos tentáculos políticos en Etesa. No obstante, el hecho de que Cabello provenga de la Rama Judicial hizo cambiar de posición a varios magistrados que de todas maneras aún no se convencen sobre las calidades de los candidatos.
La escasa formación penal de los candidatos, sin embargo, continúa provocando en el seno de la Corte reflexiones que bordean la línea de la intransigencia. El ala radical insistirá en que el elegido conozca muy bien el funcionamiento del sistema penal acusatorio. La audiencia de Cabello y Velilla ante la Sala Plena este jueves será un termómetro de los temores y las dudas que siguen rondando a los juristas de la corporación. Y ante el runrún de una nueva baraja en la terna por parte del Ejecutivo —si Ospina decide retirar su nombre—, emisarios del Gobierno le han hecho saber a la Corte que dos nombres permanecen en el tintero: Guillermo Mendoza y Fernando Pareja, Fiscal y Vicefiscal encargados por el momento.
Una vocera en la Sala Penal
La magistrada María del Rosario González de Lemus, escogida como nueva presidenta de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, señaló que la situación de Colombia demanda una vigilancia de organismos multilaterales del exterior. "La veeduría internacional es muy importante en este momento, el país la necesita", comentó González y añadió que administrar justicia sigue siendo muy difícil. Comentó, además que hay que trabajar por limar las asperezas con el alto Gobierno.
El presidente de la Corte, Augusto Ibáñez, anunció que quiere entregar su cargo lo más pronto posible. Su reemplazo podría ser Jaime Arrubla.
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El Espectador / 18 de enero de 2010