Por: David Luna - Representante a la Cámara por Bogotá
La corrección de un viejo error
Cuando el primer gobierno Uribe unificó los ministerios del Interior y de Justicia expresé mi desacuerdo, señalando que la política judicial no podía depender del mismo órgano encargado de las relaciones con el Legislativo, porque se correría el riesgo de politizar la Justicia. En la contraparte, solo se hablaba de la necesidad de recortar los gastos de funcionamiento del Estado, costara lo que costara.
Siete años después, las relaciones del Ejecutivo con los jueces no son fluidas. Así lo evidencia el proceso de elección del Fiscal General de la Nación, congelado en medio un choque de trenes. Entonces, es hora de que el gobierno le reconozca a la rama Judicial su importancia; y para ello se necesita ingeniería institucional... Eso sí, renunciando a cualquier tentación por recortarle atribuciones a los Tribunales y garantizando, entre otras cosas, que las investigaciones de la parapolítica y las revolucionarias sentencias de la Corte Constitucional puedan profundizarse y reeditarse.
La Silla Vacía / 10 de diciembre de 2009