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Establece la Constitución Política del 91 que Colombia se rige por las tres ramas del poder (ejecutivo, legislativo y judicial) y que cada una será autónoma e independiente.


Por: Octavio de Jesús Ríos*


Establece la Constitución Política del 91 que Colombia se rige por las tres ramas del poder (ejecutivo, legislativo y judicial) y que cada una será autónoma e independiente.

Tal precepto trae consigo su consabido "mico". Hasta ahora, Colombia no tiene Fiscal General de la Nación de forma titular; por orden constitucional, es la Corte Suprema de Justicia quien lo elige pero ha de ser de terna presentada por el Presidente de la República. ¡Eh ahí el orangután! El Fiscal hace parte del poder judicial pero la escogencia de nombres para tal fin la hace el jerarca del poder ejecutivo. ¿Qué independencia y autonomía puede tener un Fiscal General de la Nación si necesariamente tiene que ser seleccionado por el jefe del poder ejecutivo?

Es apenas obvio que tal facultad dada por la Constitución al Presidente de la República para presentar terna a la Corte le permite escoger personas que, por encima de sus idoneidades, sean de su absoluta confianza y, desde luego, simpatizantes de sus políticas. Esto responde a la pelea cazada en los últimos días entre presidentes de la Corte y de la República.

Indudablemente hay en el país juristas con perfil idóneo para ser fiscales justos y rectos, pero el meollo radica en que el Gobierno no lo requiere así y por tanto ninguno otro de los ya escogidos le resulta apto, y por ello se resiste a modificar la terna ya presentada. Para el jefe de Gobierno no interesa si el nuevo Fiscal es penalista, lo que con toda razón exige la Corte, o no. Lo que le interesa es un Fiscal de bolsillo, manipulable al vaivén de sus intereses; una figura decorativa que obedezca mansamente; que lidere judicializaciones contra los críticos de sus imposiciones gubernamentales y que a la vez absuelva a todos sus aliados así sean culpables.

Esta es, por encima de poner fuerza pública en las carreteras, la verdadera esencia de la "seguridad democrática" impuesta, y es por ello que el Presidente echa pestes desde los medios contra la Corte Suprema. No es gratis que so pretexto de la doble instancia congresistas implicados, para soltarse del juicio de la Corte, prefieran renunciar a sus fueros para negociar sus culpas con la fiscalía en la seguridad de salir limpios y rápido.

Ahora que Colombia, incluido el gobernante mayor, quedó expuesta a ser juzgada por la Corte Penal Internacional, más que nunca el Gobierno requiere de un Fiscal que tape-tape en todos los desmanes por venir. No en vano desde ya el alto gobierno ha destinado 7.500 millones de pesos para hacerle la defensa a sus miembros, incluida la Fuerza Pública, que resulten acusados de abusos y crímenes; suma esa que rendirá más si el Fiscal es su pupilo.

A la vez, esa cifra es indicador de que lo que viene en adelante es "garrote" y "plomo ventiao" para la población civil y máxime ahora que nuestra patria quedó rodeada de bases militares gringas.

Es de anotar, pues, que el Presidente tiene el poder legislativo en su bolsillo, lo cual denota que, al contrario de lo normado, el Congreso no es independiente ni autónomo; que gran parte de magistrados de las cortes son cuota suya, lo cual indica que en el poder judicial tampoco hay autonomía ni independencia; que el Procurador General le copia al pie de la letra, lo cual significa que no hay órgano de control nacional imparcial; que sus Fuerzas Armadas son República independiente y como tal tienen su propio Código Castrense y jueces militares para absolver a los suyos; que el Fiscal General hace en Colombia las veces de Policía no tanto judicial sino política y ello ha sido y tiene que seguir siendo garante de impunidad cuando se trate de enjuiciar a los del lado del alto gobierno y que por tanto razón tiene de estar tan molesto porque la Corte se resiste a nombrarle su mandadero disfrazado de acusador preliminar. Perdón, su intermediario entre lo político y lo judicial.


*Defensor de Derechos Humanos.

La Patria / 07 de noviembre de 2009