Por: Maria Gladys Escobar
Bogotá. Aunque existe una extensa jurisprudencia sobre las decisiones de los tribunales que pasan a ser cosa juzgada, las altas cortes no cesan en sus enfrentamientos debido a que cambian proceso que se consideran cerrados.El último capitulo se da entre el Consejo Superior de la Judicatura y la Corte Suprema de Justicia por el fallo que absolvió a la ex congresista Sandra Arabella Velásquez.
En esta ocasión la Corte Suprema de Justicia amenazó con denunciar la conducta del Consejo Superior de la Judicatura ante la Corte Internacional, un hecho que se torna repetitivo para quienes seguimos las noticias de los altos tribunales.
Hay otros casos recientes en los cuales se han dado polémicas similares como los de Iván Otálvaro Murcia, el ministro Diego Palacio Betancourt y el congresista Iván Díaz Mateus.
Seguramente en los próximos días, como otras veces escucharemos pronunciamientos de las dos partes defendiendo sus puntos de vista. La Corte Suprema atribuye la absolución de la congresista a que la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura es elegida por el legislativo y que por vía de tutela está desconociendo las atribuciones constitucionales que le son propias.
La mayor polémica, como sucedió con Iván Díaz Mateus, se centrará en que otros congresistas juzgados por parapolítica también apelarán a las tutelas ante el Consejo Superior de la Judicatura para salir absueltos. ¿Será que las cortes algún día se podrán de acuerdo sobre en que casos procede la revisión de sentencias?.
La República / 30 de octubre de 2009