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Por: Maria Gladys Escobar

Bogotá. Los últimos pronunciamientos tanto del Presidente Álvaro Uribe como del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Augusto Ibáñez, dejan ver que están lejos de llegar a un acuerdo para elegir al Fiscal General.

Tras casi cuatro meses de confrontación, resulta conveniente una mesa de concertación donde las dos partes lleguen a un acuerdo tal como lo propusieron los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes.

Lograr un punto medio entre las dos partes resulta fundamental, ya que es evidente el choque de trenes. Las exposiciones de la Corte Suprema de Justicia argumentando que la terna no reúne las condiciones mínimas para acceder al cargo y las reiteradas respuestas del Gobierno en las que señala que se seleccionaron de acuerdo a las condiciones que estipula la ley parecen un cuento de nunca acabar.

En el último capítulo el ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio, leyó los requisitos que se establecieron para los candidatos a Fiscal, y resaltó que deben ser abogados con experiencia, pero no penalistas como solicita la Corte.

Del otro lado están las opiniones de los presidentes de la Altas Cortes apoyando a Ibáñez en cuanto a que se necesita que tengan condiciones como penalistas para ejercer el cargo.

En fin, para nosotros los espectadores es un cuento de nunca acabar y lo mejor es una mesa de trabajo donde se defina un punto en común y así terminar con el contrapunteo.

La República / 05 de noviembre de 2009