71 por ciento de los colombianos tienen una imagen desfavorable del sistema judicial, según Gallup.

El escándalo que llevó a la renuncia del polémico magistrado de la Judicatura Henry Villarraga, y otros más, terminaron reviviendo un tema que estaba descartado en la agenda del país, por lo menos hasta el final del actual gobierno: un nuevo intento de reforma de la justicia.

Casi 18 meses después del fracasado proyecto del 2102, que es considerado uno de los mayores reveses del gobierno Santos y que le costó el Ministerio de Justicia a Juan Carlos Esguerra, uno de los juristas más reconocidos del país, la necesidad de una cirugía de fondo vuelve a los primeros planos.

La planteó el fiscal Eduardo Montealegre en entrevista con EL TIEMPO, la anunciaron el presidente Juan Manuel Santos y el ministro Alfonso Gómez Méndez y la recogieron la Corte Suprema y el Consejo de Estado. Asonal, el sindicato de la rama, y la Asociación de Jueces y Fiscales también apoyan la propuesta. Todas esas voces habían exigido también justicia en el caso de Villarraga, protagonista de los más graves escándalos de la rama en los últimos años.

Aún así, se trata de una discusión que tiene poco chance de llegar a su escenario natural, el Congreso, antes del próximo gobierno: los cambios de más calado tocan la Constitución y se requieren ocho debates en dos periodos legislativos. Así, en el mejor de los casos, un proyecto semejante solo completaría la mitad del camino con el actual Congreso.

Aunque casos como los de Villarraga o la reciente operación de la Fiscalía y la Policía que tiene a tres jueces procesados (dos de ellos, presos) por supuesta corrupción judicial han generado indignación, lo cierto es que la imagen de la justicia viene en picada sostenida en los últimos cinco años.

La última encuesta Gallup, revelada esta semana, muestra que el 71 por ciento de los colombianos tienen una imagen desfavorable de su sistema judicial. En el 2008, según la misma muestra, ese indicador estaba en el 28 por ciento. La imagen favorable cayó en el mismo lapso del 58 por ciento al 24 por ciento.

Además de los escándalos, señalan los analistas, es la inoperancia la que le está pasando cuenta de cobro a la confiabilidad del sistema judicial en Colombia. Según el Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, Dejusticia, los niveles de impunidad en Colombia siguen rondando el 95 por ciento.

Esto significa que de cada diez delitos que se cometen (cada año la Fiscalía recibe un millón de noticias criminales), menos de un caso termina en la condena del responsable. Esa desalentadora estadística se mantiene frente a crímenes considerados prioritarios, como el homicidio. Solo uno de cada diez casos llega a imputación, y el nivel de sentenciados se reduce a la mitad: es del 5 por ciento. La Corporación Excelencia en la Justicia, sin embargo, considera que la impunidad en homicidios es menor (sobre el 75%), pues muchos casos no llegan a juicio porque el responsable acepta los cargos.

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